Javier Milei aceptó el ingreso masivo del PRO al gobierno y la fusión con La Libertad Avanza en el Congreso, en una jugada anticipada en exclusiva por LPO. La disputa ahora es entre Patricia Bullrich y Mauricio Macri, que pulsean para quedarse con el control polÃtico de gobierno.
El acuerdo fue anticipado el jueves por la noche por la ministra de Seguridad, que habló de un "un nuevo rediseño polÃtico" del gobierno. La idea la fusión PRO-LLA fue avalada este viernes por Milei desde Roma. "Claro que estoy dispuesto a una fusión", dijo a ClarÃn el mandatario, que también pidió sumar a los "halcones" radicales.
LPO anticipó la semana pasada que Macri le estaba diciendo a los suyos que Milei iba a "un crash" y que eso darÃa lugar a una toma del control polÃtico del gobierno. El escenario incluÃa la fusión con LLA y la designación de macristas puros en lugares clave: Cristian Ritondo como presidente de Diputados, Guillermo Dietrich jefe de Gabinete, Diego Santilli en Interior y MarÃa Eugenia Vidal en Capital Humano. La ex gobernadora también suena para la Anses.
El plan de Macri para quedarse con el Gobierno: "Milei va a un crash"
Macri cree que el "crash" sucedió esta semana con el fracaso de la Ley Ómnibus y, como reveló este medio, le dijo a su entorno: "Prepárense que viene el take over del gobierno". El rescate imaginado por Macri empezarÃa con el reemplazo con su gente de los funcionarios que responden a los gobernadores "aliados" que hicieron caer la ley, empezando por los cordobeses. Pero el ex Boca cree que la reforma tiene que ser más profunda y apunta a funcionarios pesados como Nicolás Posse, Sandra Pettovello y Guillermo Francos.
El asunto es que Patricia está intentando anticiparse a la jugada de Macri y le propuso a Milei avanzar en la fusión pero sin el ex presidente. Algo similar a lo que hizo antes de la asunción, cuando negoció por su cuenta el desembarco en el Gabinete. Macri quedó ofendido y este jueves ni siquiera le respondió el saludo de cumpleaños.
Además de festejar su cumpleaños, Macri estuvo polÃticamente activo y afinó su alianza con Victoria Villarruel de cara al take over. Tras la cumbre de principio de año en Cumelén, ahora el ex presidente y la vice evitaron el contacto cara a cara y armaron una reunión entre Diego Santilli y el diputado Guillermo Montenegro, mano derecha de Villarruel. Casualmente, la vice compartió en redes un video en el que la comparan con la Mujer Maravilla.
Macri armó la reunión para porotear el take over y afinar una estrategia con Villarruel para limitar a Bullrich y Santiago Caputo. En el gobierno dicen que la ministra de Seguridad le está endulzando el oÃdo al lÃder del Grupo Marlboro con la fusión PRO-LLA y cree que con su influencia podrá excluir a Macri. El ex presidente hace lo propio con Milei y le ofrece lealtad total a través de Santilli, Vidal, Ritondo y Dietrich, que le dedicó largos tuits.
Patricia quiere copar el gobierno con propios para quedarse con el PRO y el año que viene tener la llave del armado de las listas. "Los presidentes de todas las provincias ya apoyaron a Mauricio, si Patricia lo enfrenta la parte en veinte pedazos", dijo a LPO un dirigente que los conoce mucho a ambos.
Macri: "Prepárense que viene el take over del gobierno"
Además de la debilidad polÃtica que tiene el gobierno tras la derrota con la ley ómnibus, Macri y Patricia se quieren aprovechar de la falta de nombres que tiene Milei para ocupar los cargos en el gobierno. El presidente no pudo ni siquiera reemplazar a Guillermo Ferraro y tuvo que desguazar el ministerio.
Milei también está cruzado con funcionarios como Guillermo Francos o Eduardo Serenellini, pero ante la falta de nombres para reemplazarlos prefiere vaciarlos de poder. Lo mismo le sucede en Diputados con Oscar Zago y MartÃn Menem. Es por eso que también demora la expulsión del gobierno de los funcionarios ligados a los gobernadores y además tiene cientos de cargos sin nombrar en el organigrama.
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La mamá se santiguó tres veces seguidas al enterarse.
Con auténtica sorpresa y profundo desconocimiento, cerró los ojos, apretó los párpados y se persignó, imprimiéndole al acto confesional una velocidad pasmosa, un inesperado vértigo sorpresivo, una convulsión anodina. Como quien procurase contener exclamaciones de júbilo, aletargadas, soñolientas. Expresiones súbitas que repentinamente se presagian escondidas y que oscilan entre sobrecogedoras e inesperadas.
Era para tanto, después de todo.
No podía creerlo.
¡Si viviera mi marido! Pensó. Inmediatamente se miró fijo en los ojos de su hija y se descubrió otra vez como casi siempre, tan próxima y tan lejana, atravesadas ambas por una seriedad poco habitual, como si de repente se redescubrieran absortas y por penetrar en un instante por una puerta desconocida, por un sendero inexpugnable.
La madre repitió la Señal de la Cruz mientras recorría a su hija toda con la mirada atónita, estupefacta y envuelta en profundo silencio. Entonces, perpleja, emocionada y conmovida, se le acercó a la mejilla y le dio un beso prolongado, un poco emulsionado con secreción salivar, pero profundamente conmovedor e imperecedero.
Casi famosa. Mi hija es casi famosa.
Se dijo a sí misma y se repitió para volver a oírse.
Porque sabemos que existen sorpresas en la vida que de vez en cuando uno se permite elucubrar, calcular. Especular con beneplácito.
Pero cuando acontece lo inesperado, es apabullante, es complacido y dichoso.
Mi querida hija catapultó a la fama. Repitió alegre para sí misma.
La verdad, no estaba en los cálculos de nadie.
Eso creo sinceramente. No sé cómo explicarlo.
Porque una cosa es participar en elecciones generales e ir acumulando con el tiempo alguna repercusión social, una presencia en la calle, con la gente, con la circulación del nombre y de la foto del candidato o candidata. Pero otra cosa, muy distinta es triunfar para quedar consignada, establecida en la historia como Vicepresidenta del país por cuatro años.
Ay, creo que no se dice Vicepresidenta, no. A la nena no le gusta.
Bueno, ya me acostumbraré. Por otra parte, tampoco acepta que siga diciéndole nena.
Mi marido y yo hemos hecho un sacrificio enorme para solventar el camino de su progreso personal.
Es muy probable que sus allegados, ese grupo que frecuenta su mismo ámbito de actividades, hayan ido observando su desenvolvimiento, sus condiciones y eventualmente se hayan convencido progresivamente de que nuestra nena, hoy toda una mujer, ya estaba en condiciones de transformarse en una figura digna de destacarse en esa función tan significativa.
De todas formas, la sorpresa fue mayúscula. Conociéndola tanto, sabemos de sus silencios, de su juicio, de su carácter reservado. Por lo tanto y a pesar de estar familiarizados con sus capacidades, nos hemos sorprendido para bien.
Es que por otra parte, sucede que los pareceres de ambos integrantes de la fórmula son tan disímiles. Yo a él lo conozco más por sus apariciones mediáticas. En persona aparenta otro semblante, otra fisonomía.
No sé. Prefiero mucho más el carácter de ella, porque elige un tema y lo desarrolla con seriedad y desapasionadamente, él es a veces un poco cambiante y si en la mitad de una reunión envuelto en un clima de debate, comienza a presentir que alguien lo contradice, precipitadamente eleva el tono de la charla y de súbito, aquello que había comenzado como un diálogo concluye asemejándose a una discusión.
En aquella oportunidad, a la que me refiero, me pareció entender que su discurso dejaba traslucir que había conversado in extenso con su perro sobre temas de índole política.
En sueños, lógico, porque además, el animal había fallecido hacía algunos años.
Pero ojo, porque también es probable que yo no haya comprendido muy bien toda esa circunstancia. Mi hija me aclaró entonces aquellas consideraciones, atenta y medida como para cada situación. Recuerdo bien que me ordenó que no me preocupara.
Ella y los demás, me dijo, sus más leales camaradas, estarán siempre presentes alrededor del Presidente para garantizarle que permanezca en satisfacción y rodeado de lo indispensable para su bienestar. Me aseguró asimismo que eventualmente, su personal está preparado y bien dispuesto para emprender el rumbo urgente e imprescindible que el país necesita para consolidar su destino.
No dejo de sorprenderme por su claridad conceptual y por la transparencia de sus objetivos. Se trata de una cualidad especial en ella, una condición particular, específica, que la identifica y singulariza.
Su desenvolvimiento es tan distinto a aquella pretensión forzada y evidente que intentó imponer la protagonista anterior que ocupara ese digno sitial.
Se trató, recuerdo, de una vergonzosa intención a todas luces revelada como impostada que pretendió influir sobre el inconsciente colectivo de la población para justificar el accionar de una mujer egocéntrica, casi una actriz de comedia, elevándola como persona irreemplazable y elegida, predestinada por la Santidad.
En síntesis, el devenir de los acontecimientos derivó en que la ambiciosa conductora política auto referencial y de proverbial verborragia concluyó descubierta ante la opinión pública como malsana, prepotente y corruptora. Una sucesión de epítetos resumidos por el vulgo con el desagradable apelativo de Yegua, como rápidamente la bautizaran en las barriadas.
Mi hija en cambio, no porque se trate de mi hija, posee los atributos necesarios para manifestarse como componedora, proverbial ingeniera armónica, dialoguista y constructora de consensos. Una persona necesaria.
La nena me dice todos los días que por ahora habrá que esperar.
Después de finalizada definitivamente la administración anterior, contando con la decisión irrevocable de abandonar la actividad política por parte de aquella maligna e insalubre personalidad, desarticulando la impostura propia y de su familia.
Después de los desagradables acontecimientos que atentaron contra su seguridad personal y expusieron cabalmente el hartazgo padecido por gran parte de la ciudadanía, cansada de tolerar mentiras y actos de corrupción, la pérfida y desleal descubierta por fin como líder negativa e impropia, abandonó su íntimo propósito de perpetuarse en el Poder a la sombra de su hijo y de sus acólitos.
Por ahora habrá que esperar, me repite la nena. Y ella sabe.
Me doy cuenta cabal cada día que pasa. Fíjese si no es así. Todavía puede decirse que no comenzó a precipitarse todo su proyecto político, su maravillosa ansiedad por revivir un país grande, pleno y necesario. Su objetivo más ambicioso, edificar en la República un auténtico Proceso de Reorganización Nacional que nos empodere y perpetúe como los auténticos forjadores de la Libertad y la Democracia.
La gente acompaña, me dice siempre.
La comunidad vota convencida por la defensa de la construcción de un Cambio definitivo, visceral, inteligente, forjado con orden y progreso.
Por eso debe ser que ya somos casi famosos.
La mamá se santiguó tres veces seguidas al enterarse.
Con auténtica sorpresa y profundo desconocimiento, cerró los ojos, apretó los párpados y se persignó, imprimiéndole al acto confesional una velocidad pasmosa, un inesperado vértigo sorpresivo, una convulsión anodina. Como quien procurase contener exclamaciones de júbilo, aletargadas, soñolientas. Expresiones súbitas que repentinamente se presagian escondidas y que oscilan entre sobrecogedoras e inesperadas.
Era para tanto, después de todo.
No podía creerlo.
¡Si viviera mi marido! Pensó. Inmediatamente se miró fijo en los ojos de su hija y se descubrió otra vez como casi siempre, tan próxima y tan lejana, atravesadas ambas por una seriedad poco habitual, como si de repente se redescubrieran absortas y por penetrar en un instante por una puerta desconocida, por un sendero inexpugnable.
La madre repitió la Señal de la Cruz mientras recorría a su hija toda con la mirada atónita, estupefacta y envuelta en profundo silencio. Entonces, perpleja, emocionada y conmovida, se le acercó a la mejilla y le dio un beso prolongado, un poco emulsionado con secreción salivar, pero profundamente conmovedor e imperecedero.
Casi famosa. Mi hija es casi famosa.
Se dijo a sí misma y se repitió para volver a oírse.
Porque sabemos que existen sorpresas en la vida que de vez en cuando uno se permite elucubrar, calcular. Especular con beneplácito.
Pero cuando acontece lo inesperado, es apabullante, es complacido y dichoso.
Mi querida hija catapultó a la fama. Repitió alegre para sí misma.
La verdad, no estaba en los cálculos de nadie.
Eso creo sinceramente. No sé cómo explicarlo.
Porque una cosa es participar en elecciones generales e ir acumulando con el tiempo alguna repercusión social, una presencia en la calle, con la gente, con la circulación del nombre y de la foto del candidato o candidata. Pero otra cosa, muy distinta es triunfar para quedar consignada, establecida en la historia como Vicepresidenta del país por cuatro años.
Ay, creo que no se dice Vicepresidenta, no. A la nena no le gusta.
Bueno, ya me acostumbraré. Por otra parte, tampoco acepta que siga diciéndole nena.
Mi marido y yo hemos hecho un sacrificio enorme para solventar el camino de su progreso personal.
Es muy probable que sus allegados, ese grupo que frecuenta su mismo ámbito de actividades, hayan ido observando su desenvolvimiento, sus condiciones y eventualmente se hayan convencido progresivamente de que nuestra nena, hoy toda una mujer, ya estaba en condiciones de transformarse en una figura digna de destacarse en esa función tan significativa.
De todas formas, la sorpresa fue mayúscula. Conociéndola tanto, sabemos de sus silencios, de su juicio, de su carácter reservado. Por lo tanto y a pesar de estar familiarizados con sus capacidades, nos hemos sorprendido para bien.
Es que por otra parte, sucede que los pareceres de ambos integrantes de la fórmula son tan disímiles. Yo a él lo conozco más por sus apariciones mediáticas. En persona aparenta otro semblante, otra fisonomía.
No sé. Prefiero mucho más el carácter de ella, porque elige un tema y lo desarrolla con seriedad y desapasionadamente, él es a veces un poco cambiante y si en la mitad de una reunión envuelto en un clima de debate, comienza a presentir que alguien lo contradice, precipitadamente eleva el tono de la charla y de súbito, aquello que había comenzado como un diálogo concluye asemejándose a una discusión.
En aquella oportunidad, a la que me refiero, me pareció entender que su discurso dejaba traslucir que había conversado in extenso con su perro sobre temas de índole política.
En sueños, lógico, porque además, el animal había fallecido hacía algunos años.
Pero ojo, porque también es probable que yo no haya comprendido muy bien toda esa circunstancia. Mi hija me aclaró entonces aquellas consideraciones, atenta y medida como para cada situación. Recuerdo bien que me ordenó que no me preocupara.
Ella y los demás, me dijo, sus más leales camaradas, estarán siempre presentes alrededor del Presidente para garantizarle que permanezca en satisfacción y rodeado de lo indispensable para su bienestar. Me aseguró asimismo que eventualmente, su personal está preparado y bien dispuesto para emprender el rumbo urgente e imprescindible que el país necesita para consolidar su destino.
No dejo de sorprenderme por su claridad conceptual y por la transparencia de sus objetivos. Se trata de una cualidad especial en ella, una condición particular, específica, que la identifica y singulariza.
Su desenvolvimiento es tan distinto a aquella pretensión forzada y evidente que intentó imponer la protagonista anterior que ocupara ese digno sitial.
Se trató, recuerdo, de una vergonzosa intención a todas luces revelada como impostada que pretendió influir sobre el inconsciente colectivo de la población para justificar el accionar de una mujer egocéntrica, casi una actriz de comedia, elevándola como persona irreemplazable y elegida, predestinada por la Santidad.
En síntesis, el devenir de los acontecimientos derivó en que la ambiciosa conductora política auto referencial y de proverbial verborragia concluyó descubierta ante la opinión pública como malsana, prepotente y corruptora. Una sucesión de epítetos resumidos por el vulgo con el desagradable apelativo de Yegua, como rápidamente la bautizaran en las barriadas.
Mi hija en cambio, no porque se trate de mi hija, posee los atributos necesarios para manifestarse como componedora, proverbial ingeniera armónica, dialoguista y constructora de consensos. Una persona necesaria.
La nena me dice todos los días que por ahora habrá que esperar.
Después de finalizada definitivamente la administración anterior, contando con la decisión irrevocable de abandonar la actividad política por parte de aquella maligna e insalubre personalidad, desarticulando la impostura propia y de su familia.
Después de los desagradables acontecimientos que atentaron contra su seguridad personal y expusieron cabalmente el hartazgo padecido por gran parte de la ciudadanía, cansada de tolerar mentiras y actos de corrupción, la pérfida y desleal descubierta por fin como líder negativa e impropia, abandonó su íntimo propósito de perpetuarse en el Poder a la sombra de su hijo y de sus acólitos.
Por ahora habrá que esperar, me repite la nena. Y ella sabe.
Me doy cuenta cabal cada día que pasa. Fíjese si no es así. Todavía puede decirse que no comenzó a precipitarse todo su proyecto político, su maravillosa ansiedad por revivir un país grande, pleno y necesario. Su objetivo más ambicioso, edificar en la República un auténtico Proceso de Reorganización Nacional que nos empodere y perpetúe como los auténticos forjadores de la Libertad y la Democracia.
La gente acompaña, me dice siempre.
La comunidad vota convencida por la defensa de la construcción de un Cambio definitivo, visceral, inteligente, forjado con orden y progreso.
Por eso debe ser que ya somos casi famosos.
La historia Argentina es apasionante la verdad y por supuesto dramatica saludos
En fin, Pato en serio cree que le puede ganar una pulseada a Mauricio? jajajajajajajaja...
En fin, en este reunion se debio hablar del verdadero take-over, que es la fusion LLA-PRO en un gobierno presidido por Villarruel.