Sergio Massa exprimió al máximo este sábado su intervención ante la elite de la finanzas mundiales. Sentado al lado de la titular del FMI, Kristalina Gerogieva y el presidente del Banco Mundial, David Malpass, el ministro de EconomÃa reflexionó sobre las contradicciones de la arquitectura financiera global, en un discurso que ofrece al kirchnerismo un andamiaje teórico acorde a su paladar.
El tono y el marco, rodeado de los ministros de EconomÃa de los paÃses más fuertes del mundo que se nuclean en el G20, el discurso de Massa no pasó desapercibido en el peronismo, donde este sábado no fueron pocos los dirigentes que evaluaron que empezó a comportarse como un candidato presidencial.
El posicionamiento de Massa ocurre en el momento de mayor tensión entre Cristina y Alberto desde que comenzó el gobierno, luego que el Presidente dejara claro este viernes en su discurso en IDEA que va por la reelección y que piensa hacer campaña contra el kirchnerismo y Massa. Alberto dijo en el encuentro empresario que "un paÃs se construye con diálogo" y no "con la prepotencia de los soberbios ni con el coraje de los mercenarios" y "desafió" a los empresarios a revelar si durante su mandato alguien le pidió coimas por alguna obra pública, en un mensaje envenenado al kirchnerismo.
Frente a esto, Massa mantiene su estrategia de no meterse públicamente en la pelea polÃtica y centrarse en la gestión económica, mientras analiza la posibilidad de lanzar un plan de estabilización para bajar la inflación, requisito central para darle viabilidad a su eventual candidatura presidencial.
En su segundo viaje a Washington desde que es ministro, Massa consiguió que el BID gire 700 millones de dólares para reforzar las reservas y dejó casi cerrado el acuerdo para renegociar la deuda vencida con el Club de Paris.
Como cierre de esa gira, Massa aprovechó la sesión plenaria del Banco Mundial para desplegar su mirada sobre que posición deberÃa tener Argentina en la discusión financiera global, cuando desde el kirchnerismo se vive con cierta orfandad de rumbo el proceso económico en marcha, alineado con el programa del FMI.
Acaso en un guiño a ese sector, Massa aprovechó la reunión para cuestionar las incongruencias entre los organismos internacionales de desarrollo y el FMI: "Es absurdo que los Bancos de Desarrollo tengan normas de promoción para compartir la inversión mientras que el Fondo Monetario Internacional castigue a esas inversiones como déficit en las cuentas públicas".
"El objetivo del Banco Mundial de acabar con la pobreza y promover prosperidad compartida deben ser reafirmados como bienes públicos globales y también es esencial adoptar los programas a las circunstancias y evitar recetas únicas y modeladas", agregó en otro mensaje a Kristalina Georgieva y los objetivos rÃgidos que establece el FMI a pesar del escenario de guerra.
Un mensaje crucial para la gestión, pero sobre todo para intentar liberar fondos frente al año electoral que se viene. Es que si Massa logra convencer a la titular del Fondo de recategorizar la inversión en obra pública como infraestructura y no como gasto, le permitirá descontar un punto y medio del déficit fiscal lo cual liberarÃa bastante el ajustado margen del gasto del Presupuesto que debate el Congreso.
Un paso que hasta ahora Georgieva no parece dispuesta a dar, como dejó en claro en su conferencia de prensa de esta semana, en la que disfrazado dentro de un elogio a Massa, enfatizó que Argentina no debe aumentar su gasto.
En su discurso de este sábado, que tocó temas centrales, como desarrollo, pobreza y el impacto de la guerra en la economÃa global, Massa también se preguntó "¿cuál será el rol de los Bancos de Desarrollo para facilitar la transición energética? y ¿en qué medida van a acompañar a los pÃsese en desarrollo para financiar la infraestructura que permita transformar los recursos en riquezas y contribuir a la seguridad energética global?".
Las preguntas que expuso Massa son claves para el desarrollo argentino que por un lado, cuenta con la segunda reserva shale gas más importante del mundo y por el otro, la capacidad de multiplicar la producción de alimentos, las dos principales demandas del comercio internacional para alcanzar la seguridad alimentaria y energética. Que según dijo, por el impacto de la guerra en los precios, produjo a la Argentina esta año, una pérdida de 5.000 millones de dólares.
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En fin, de vuelta a la realidad, Massa siempre va a ser Massa, y ya le dijo a su equipo y entorno que esta pensando en 2027.