Argentina y Ecuador atraviesan una crisis diplomática de alta envergadura. La decisión de Ecuador de expulsar al embajador argentino en Quito, Gabriel Fuks, por "proteger y colaborar" a la ex funcionaria de Rafael Correa acusada por corrupción, María de los Ángeles Duarte, lesionó el vínculo significativamente.
Las duras acusaciones del gobierno de Guillermo Lasso ubican a Fuks como el garante la fuga Duarte a Venezuela en supuesto pacto de impunidad con el correismo, sin embargo, el argentino niega absolutamente todo y plantea que el ataque ecuatoriano responde a la intención de "tapar las debilidades propias".
Como adelantó LPO, el gobierno de Lasso se encuentra en una extrema debilidad política, viene de perder un referéndum clave, el apoyo a penas es del 8 por ciento y el Congreso acaba de aprobar el inicio del debate para el juicio político contra el Presidente.
En diálogo con LPO desde Bogortá, Fuks aseguró que "en los últimos tiempos la diplomacia esta bastardeada siendo el primer cordón que se corta cuando en realidad debería ser el último. Pasó en Perú con la expulsión del embajador de México tras la destitución de Pedro Castillo, es decir, es la forma que tienen los gobiernos débiles para mostrar musculatura sin ningún fundamento".
Para el diplomático argentino la situación de Duarte, que estuvo asilada en la residencia con su hijo argentino desde 2019, no ameritaba llegar a esta situación y que el Canciller Juan Carlos Holguin decidió iniciar "una sarta de mentiras contra ni personas y contra nuestro gobierno". Los presidentes Lasso y Alberto Fernández lo venían conversando en muy buenos términos en varias de sus bilaterales pero nunca llegaron a un acuerdo.
Fuks dice que la crisis afecta mucho más Ecuador porque perjudica a 15 mil estudiantes que estudian en el país y un intercambio de 1100 millones de dólares "para ocultar la debida del estado ecuatoriano para capturar y huir al fuga de una ciudadana ecuatoriana". "El gran perdedor es Holguín porque todas las acusaciones se están cayendo", disparó.
Holguín dijo en conferencia de prensa que Fuks fue anfitrión de una fiesta en la embajada donde habría asistido Duarte y que fue el embajador el que liberó la zona para garantizar el traslado a la frontera con Venezuela. El dirigente porteño respondió que "es una falacia absurda. No hubo ninguna fiesta, fue una despedida un agregado militar que se volvía a Buenos Aires, el día viernes 10 con los empleados de la embajada". "No participó Duarte, ni su actual pareja con quien no tengo una relación, ni su ex marido a quienes no conozco personalmente", aclaró.
Fuks también explicó que "Duarte no participó de ningún evento social de la embajada porque no corresponde. Ella está asilada y contenida pero no tenemos trato en el día a día". "La otra mentira es que yo liberé la zona. Supuestamente esto pasó entre el 10 y el 12 pero en una nota oficial, la Policía Nacional de Ecuador reconoce que hay un patrullero en la puerta de la embajada. Entonces, ¿qué zona liberé yo? Algo que, está claro, no puede hacer un embajador. Es una patraña del canciller Holguín", añadió.
El dirigente argentino contó también que ese patrullero no tenía batería y que para moverlo diez metros tuvieron que empujarlo. "Si al Estad ecuatoriano se le escapan los prófugos porque los patrulleros no tienen batería, ¿el demonio es Fuks y Argentina? ¿O estás ocultando tu propia debilidad?", apuntó.
Fuks marca el punto de inflexión en la derrota de Lasso en el referéndum del 5 de febrero, un duro golpe político para el gobierno y la final concesión del asilo en diciembre. "A partir de ahí endurecieron la postura. Están usando a la Argentina para mostrar un músculo que no tienen", considera.
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El embajador argentino justificó el accionar del gobierno amparado en la Convención de Asilo Político de 1954 que establece que todo Estado tiene derecho, en ejercicio de su soberanía, a admitir dentro de su territorio a las personas que juzgue conveniente, sin que por el ejercicio de este derecho ningún otro Estado pueda hacer reclamo alguno.
Sin embargo, el funcionario reconoce que hay una zona gris porque la misma convención habla de que ninguna persona condenada puede ser beneficiario del asilo.
"¿El criterio es político entonces?, re-preguntó LPO.
"Exactamente. Como hizo Ecuador con Julian Assange y luego se la sacó o Mexico con tres funcionarios de Correa. Yo creo que Duarte eligió irse porque teme a que pueda revertirse la situación (en Argentina). ¿Cómo lo hizo? Yéndose sin ningún límite porque ella no estaba presa y yo no era su carcelero.
Fuks también contó que participó de una reunión el lunes 13 con el Jefe de la Policía Nacional, el Secretario de Gobierno, el Canciller por videoconferencia y el vicecanciller. "Me trataron como un reo cuando yo fui son abogados y no sabíamos que Duarte estaba en Caracas. El Secretario de Gobierno me insultó y me dijo: "Típico de argentinito que ya tiene el discurso armado". El Canciller me trató de soberbio. No respetaron mi investidura diplomática, me amenazaron y presionaron", denunció.
Otra de las acusaciones de Ecuador es que el embajador negó entregar las cámaras de seguridad, pero explicó: "Nunca me negué. Les dije que estaban protegidas por el Convenio de Viena como todo lo que está en una sede diplomática y tenía que pedir autorización. ¿Quieren que incumpla el Convenio de Viena?".
Sobre la hipotesis de un pacto Cristina-Correa, Gabriel Fuks la calificó de "literatura" y agregó que el congresista Fernando Villavicencio habla de un acuerdo entre "Lasso y Correa".
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