El Movimiento Evita movilizará el jueves al acto que tendrá a Cristina Kirchner como única oradora en La Plata. Se trata de un acercamiento a Máximo Kirchner que debilita aún más a Alberto Fernández.

La estructura de Emilio Pérsico llevará al acto en el Estadio Único dirigentes y militancia. Su presencia será clave para llenar las tribunas de un estadio con capacidad para 53.000 personas.

Máximo puso a Pérsico en un lugar de importancia el fin de semana durante una entrevista en El Método Rebord. Se ofreció a no integrar la mesa de conducción del Frente de Todos para que Alberto finalmente acepte armarla, como pretenden amplios sectores del peronismo. "Yo no quiero estar", afirmó el líder de La Cámpora, que también le pidió al Presidente que incluya a los propios como Héctor Daer y Emilio Pérsico en esa mesa.

Justamente estas dos figuras de la política argentina son la reserva de poder de Alberto. Que el Evita movilice mañana a La Plata supone perder esa cuota de poder que retenía el Presidente.

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Otros referentes que hasta el momento parecían incondicionales al Presidente ya manifestaron acercamientos a la vice: entre ellos Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta y Jorge Ferraresi, todos con necesidad de renovar su poder territorial en sus distritos del Conurbano.

Pero, volviendo a Pérsico y el Evita, el acto de Cristina cae en medio de una negociación importante entre el dirigente social y el presidente del PJ bonaerense: nada menos que la lista para que Patricia Cubría -esposa de Pérsico- sea candidata a intendenta de La Matanza.

Máximo, como presidente del PJ bonaerense, tendrá poder de veto sobre esas listas. Eso también explica el acercamiento de Katopodis, Zabaleta y Ferraresi.

Máximo le garantizó a Pérsico que no va a haber escollos para que presente su lista. Para el dirigente social, la posibilidad de ser parte de una nueva gestión en La Matanza es clave, independientemente de si Cubría termina siendo la candidata.