
El ministro de la SecretarÃa Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, reafirmó este lunes su posición sobre la necesidad de cortar vÃnculos con la DEA y marcó distancia de las recientes aclaraciones del Gobierno. "Esto responde a una decisión polÃtica", sostuvo Rachid, quien además criticó a la administración anterior por cerrar un acuerdo que supuestamente daba muchos privilegios a la agencia norteamericana.
Rachid insistió en que la determinación de cesar el funcionamiento de SIU-Senad fue una decisión coordinada únicamente entre él y el presidente Santiago Peña. "Solo nosotros dos estábamos al tanto de los cuestionamientos al memorándum de entendimiento firmado en marzo de 2022", afirmó. Sin embargo, tal como contó LPO, las autoridades del área de seguridad dicen que Rachid no brindó al mandatario todos los pormenores de la jugada.
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El ministro sostuvo que desde su llegada a la Senad consideró necesario revisar y redefinir aspectos clave del acuerdo. El punto más polémico, según Rachid, radica en el manejo de los agentes de la DEA en Paraguay y el acceso a información sensible. "La permanencia de un agente especial dentro del SIU puede ser perpetua. Esto es inaceptable y habÃa términos que claramente debÃan ser corregidos", señaló.
Estas declaraciones se producen tras la controversia generada por la nota oficial enviada a la DEA el pasado 6 de diciembre, en la que la Senad daba por concluido el programa de cooperación. La exministra de la institución, Zully Rolón, salió al cruce de las acusaciones y admitió que la asesorÃa jurÃdica de la Senad le habÃa recomendado evitar la participación del Ministerio Público en el SIU, pero que de todas formas defendió su decisión de incluirla.
"El dictamen no era directamente perjudicial, y al final la potestad sobre la polÃtica antidrogas era mÃa", respondió Rolón, quien rechazó las acusaciones de Rachid sobre un supuesto manejo irregular de información por parte de los agentes estadounidenses. Rolón argumentó que existÃa un control detallado de las operaciones del SIU y que la DEA no actuaba al margen de las autoridades paraguayas.
"Siempre hubo una bitácora de las acciones. Rachid está afinando su relato para justificar el giro que dio tras la publicación del caso en The Washington Post", añadió Rolón. La polémica se intensificó cuando Peña trasladó la discusión al Consejo de Defensa Nacional (Codena) para calmar las aguas tras la nota del Post. CÃbar BenÃtez, titular de la Codena, aseguró que la cooperación con la DEA no se habÃa cortado, sino que estaba en proceso de "reestructuración", sin aportar muchos detalles.
A pesar de las aclaraciones oficiales, Rachid fue más allá y reveló que Peña ya estaba explorando alternativas de cooperación con Israel en materia de seguridad. Según el ministro, las conversaciones para retomar la cooperación con Washington están avanzadas, aunque aún falta una respuesta de Estados Unidos sobre la posibilidad de trabajar directamente con Codena. En cualquier caso, BenÃtez tiene una relación más estrecha con los norteamericanos, al igual que el ministro de Inteligencia, Marco Alcaraz.
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La grieta interna refleja la tensión entre la estrategia de seguridad del Gobierno y las posturas más crÃticas dentro de su gabinete. Por ahora, Rachid se mantiene firme en su relato, mientras otros ministros trataron de dejarlo mal parado. El viernes, Rachid tuvo una reunión con Peña, de la cual salieron abrazados y sonrientes, lo que simboliza la armonÃa entre ambos y la determinación del presidente de no soltarle la mano, una decisión que incomoda a muchos de sus funcionarios.
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