Una avioneta y sus tripulantes, oriundos de Loma Plata, Boquerón, permanecieron desaparecidos el miércoles luego de viajar hasta una estancia en Carmelo Peralta, en Alto Paraguay. Según datos entregados por la Fiscalía y la Policía, el hecho se dio en la mañana, después de que el piloto Jerry Reimer y la enfermera Romandar Harmn recibieran una llamada de emergencia desde la estancia Campo Alto.
A su llegada a la estancia para atender a un supuesto paciente en estado grave, ambos fueron abordados por cinco desconocidos armados, quienes los redujeron, maniataron y tomaron la avioneta, abandonándolos en el sitio, donde fueron ubicados horas después.
Tras conocerse de este hecho, autoridades de Policía Nacional comenzaron a rastrea la avioneta, que contaba con sistema de rastreo satelital. La máquina fue localizada en territorio boliviano. Tal como confirmaron funcionarios del país vecino, la aeronave estaba siendo pintada para pasar desapercibida.
De acuerdo a datos tomados del sistema de GPS, tras haber robada, la avioneta aterrizó a 200 kilómetros en una pista clandestina de Cochabamba, desde donde partieron nuevamente con destino a la localidad de San Borja, a más de 600 kilómetros de la frontera paraguaya, donde fue encontrada en un aeródromo.
Según declararon a la Policía las víctimas del robo, los delincuentes subieron a la aeronave con bidones o paquetes, pero no saben de qué materiales. Por el proceder que tuvieron, sospechan fuertemente de la implicancia de elementos del crimen organizado, en particular de traficantes de cocaína de la zona.
Pese a lo insólito del episodio, no se trata de un hecho aislado. En septiembre del año pasado, un grupo de personas armadas había robado una avioneta de una estancia en la colonia San Miguel del Monday, en el distrito de San Cristóbal, departamento de Alto Paraná. La misma estancia había sufrido un robo idéntico en enero de 2022.
A esto se suma el reciente desmantelamiento por parte de la Senad de un taller de narcoavionetas, manejada por un mecánico de la Fuerza Aérea. La operación se dio en Mora Cue, Luque, donde el militar recibía avionetas siniestradas y las reparaba al servicio del crimen organizado, que financiaba los elevados costos de la operación.
Por su ubicación territorial y la permeabilidad de las fronteras por el Chaco paraguayo y el norte de la Región Oriental, Paraguay se han convertido en los últimos años en el principal hub del tráfico de cocaína andina, tanto para el suministro de la droga al mercado brasileño, también por vía aérea, como del mercado europeo, a través de la hidrovía.
Según el Ministerio Público, solo la organización del uruguayo Sebastián Marset y su socio local Miguel Ángel Insfrán, alias "Tío Rico", realizó un total de 961 vuelos entre 2020 y 2021. La Fiscalía calcula que solo en la región Oriental existirían más de 1500 pistas clandestinas que operan con total normalidad, muchas de ellas en reservas naturales.
Con la inicio de los procesos de compra de aviones Súper Tucano a la empresa brasileña Embraer y de radares a la argentina Invap, además de equilibrar las relaciones con Lula da Silva y Javier Milei, Santiago Peña envía un gesto a la región y al mundo ante la preocupación por la expansión del narco en territorio paraguayo.
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