Un intento de asesinato con la firma del crimen organizado conmocionó a la hasta ahora relativamente tranquila comunidad encarnacena que anoche participaba de la inauguración de Rally. El hecho ocurrió a pesar del alto despliegue de seguridad que habÃa en la zona, dada la presencia del presidente Santiago Peña, que participó del acto.
Óscar Rubén Cantero Sosa (38), fue atacado al rededor de las 19:30 horas en las calles Padre Calo Bolik, Roque Bojanovich y la avenida Costanera, en plena zona céntrica de la ciudad, mientras se desarrollaban las actividades deportivas y con una importante presencia de efectivos custodiando la zona.
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El propio comandante de la PolicÃa Nacional, Carlos BenÃtez, confirmó este viernes que el ataque se dio a alrededor de un kilómetro del Sambódromo, donde se realizaban los actos principales y a apenas seiscientos metros del parque cerrado de los vehÃculos.
Aunque admitió la preocupación que existe ante la cercanÃa de los acontecimientos, BenÃtez aseguró que en ningún momento estuvo comprometida la seguridad del presidente, dado que el perÃmetro en torno a este estuvo bajo estricto control policial y del regimiento Escolta Presidencial.
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Este hecho volvió a poner en entredicho el grado de incidencia de la militarización del los departamentos del sur del paÃs, entre los que se encuentra justamente el de Itapúa. También dejó en evidencia el nivel de tranquilidad con el que se mueven los sicarios del crimen organizado por la zona.
Aunque hasta el momento se desconocen las motivaciones del atentado, dada la forma y los antecedentes de la vÃctima, quien cuenta con orden captura pendiente en la Argentina -donde tiene documento de identidad registrado- en una causa por venta de drogas, apunta a un intento de ajuste de cuentas entre bandas rivales.
Pese a la masiva presencia de seguridad en la zona, el autor del disparo a la cabeza pudo huir tranquilamente en un vehÃculo que lo esperaba en el sitio en el que se desplazó, presumiblemente junto a un cómplice hasta el barrio Los Arrabales de la misma ciudad, distante a menos de siete kilómetros del lugar del atentado.
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Coincidentemente, ayer jueves también se registró otro caso de sicariato con tinte del crimen organizado en la ciudad de Capiatá, en una zona céntrica de esa ciudad del departamento Central, lo que dejó en claro la expansión del "negocio de la muerte" hacia zonas a las que ante no llegaban.
Informes de seguridad señalan que ya no son solamente los departamentos del norte -San Pedro, Amambay o Canindeyú- y la frontera con Brasil la que es ocupada por bandas criminales que se dedican al lucrativo negocio del narcotráfico; departamentos como Itapúa, Ñeembucú o Misiones son hoy tierra fértil para el tráfico de la marihuana y la cocaÃna al mercado argentino, el segundo más grande de la región, solo después de Brasil.
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