El incendio, aparentemente intencional, de una supuesta narcoavioneta en el interior de un predio agrícola en distrito de Tavaí, departamento de Caazapá, volvió a poner el foco sobre el tráfico de drogas que aprovecha la falta de control en el tráfico aéreo en todo el territorio paraguayo.
La principal versión que manejan los investigadores es que la avioneta, cuyas características se desconocen por haber quedado completamente calcinada, habría capotado en el lugar, pero que el incendio habría sido provocado, ya sea por los tripulantes o por personas que llegaron hasta el sitio para esa misión. Seis personas que fueron vistas por la zona fueron detenidas para averiguaciones.
Algunos elementos encontrados en el lugar, como la presencia de bidones de combustible, así como la ausencia de los tripulantes y otros indicios, indican a los investigadores que muy probablemente tras el accidente se hayan borrado las evidencias de lo que sería el transporte de drogas, particularmente de cocaína.
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Los investigadores aseguraron que, pese a que la zona es conocida por la presencia extensiva de cultivos de marihuana, todo indica que se trataba de uno de los tantos vuelos irregulares que circulan por los cielos de los departamentos de Caazapá, Misiones, Itapúa y Ñeembucú llevando cocaína a territorio argentino, segundo mercado regional más importante para esta droga.
El episodio volvió a dejar en evidencia las deficiencias del Estado en el control del espacio aéreo de todo el país, que por lo menos en la última década convirtieron a Paraguay en el más importante corredor de la cocaína andina a los mercados de la región -principalmente Brasil y Argentina por vía aérea, fluvial y terrestre-, así como de Europa y África, hasta donde llegan por vía marítima, previo paso por los puertos de Asunción, Buenos Aires y Montevideo.
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Asimismo, el hecho volvió a poner sobre la mesa la promesa hasta del gobierno de comprar radares para el control del espacio aéreo. A fines de julio, durante su visita a Bariloche, donde participó del exclusivo foro de Llao Llao, Peña había visitado la sede de a empresa estatal Invap, dedicada a la alta tecnología, de la que pretendía comprar tres radares por un valor total de 100 millones de dólares.
Ese mismo mes, Brasil había anunciado que la Empresa Brasilera de Aeronáutica SA (Embraer) vendería seis aviones A- Super Tucano a la Fuerza Aérea Paraguaya por un valor cercano a los 100 millones de dólares y que estarían disponibles para 2025. Este anuncio, sin embargo, choca con la cuestión legislativa, ante la ausencia de una ley de Derribo, en parte por presiones externas.
El entonces líder de la bancada cartista y actual presidente del Senado, Basilio "Bachi" Núñez, había propuesto en abril pasado reactivar esa propuesta, en abierto desafío a Estados Unidos, que se opone a la iniciativa.
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Pero la falta de control del espacio aéreo no es nueva, ya en los años noventa habían dejado de funcionar los radares primarios y secundarios de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), lo que progresivamente aumentó la presencia de grupos criminales trasnacionales, principalmente el Primer Comando da Capital (PCC), que actualmente controla no solo el tráfico de marihuana y cocaína, sino también agrava la seguridad interna con el ingreso de criminales peligrosos.
Justo este martes, la Senad detuvo en Pedro Juan Caballero a Tiago Godoy Martti, un brasileño de 26 años, considerado un importante elemento del PCC. Apenas seis días atrás otro capo del grupo criminal, Willian Pereira Soares, alias "Pitcharles", fue detenido en la misma ciudad, cuyo liderazgo se disputan actualmente luego del asesinato del diputado Eulalio "Lalo" Gomes.
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