
El reciente operativo Marangatú, que logró la incautación histórica de más de 57.000 kilos de marihuana prensada, generó tensiones entre las instituciones involucradas. Aunque el ministro de la SecretarÃa Nacional Antidrogas (Senad), Jalil Rachid, celebró el éxito de la misión, en el Comando de Operaciones de Defensa Interna (CODI) hay malestar porque no se les otorgó el mérito que les corresponde.
Según fuentes consultadas por LPO, los agentes del CODI fueron quienes localizaron el cargamento y enfrentaron a los hombres del narcotraficante Felipe Santiago Acosta, alias "Macho". Sin embargo, Rachid capitalizó polÃticamente el resultado tras destacar el papel de la Senad en el operativo y relegar a un segundo plano a los efectivos del CODI.
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El presidente Santiago Peña, que cerró filas en torno a Rachid tras las crÃticas por la ruptura con la DEA, reforzó su apoyo al ministro durante su visita a Canindeyú. Peña sostuvo que "la coordinación entre instituciones fue clave", pero el descontento en el CODI crece por la narrativa oficial, que posiciona a la Senad como la principal responsable del decomiso.
El operativo Marangatú no solo dejó cifras impactantes -67.850 kilos de marihuana prensada incautados desde diciembre de 2023, 20 detenidos y nueve abatidos-, sino también una serie de controversias. Una de las crÃticas apunta a que parte de la droga fue quemada sin orden judicial, decisión atribuida al fiscal Juan Carlos BenÃtez, lo que podrÃa abrir un frente legal.
En paralelo, Rachid atribuyó el éxito al trabajo conjunto entre la FiscalÃa, la Senad y el CODI, si bien enfatizó que la investigación fue liderada por la institución a su cargo. Esto alimentó las tensiones internas en el gabinete de Peña, donde hay sectores que cuestionan la utilización un logro colectivo para fortalecer la figura de un ministro debilitado por las idas y vueltas con la DEA.
A pesar de las crÃticas, la Senad logró otro golpe significativo el miércoles con la Operación Resiliencia, que incautó 430 kilos de cocaÃna en Pozo Colorado, Chaco. El operativo fue liderado por la Unidad de Inteligencia Sensible (SIU), una división que colaboraba estrechamente con la DEA hasta que Rachid solicitó el cese de la cooperación con EEUU.
Rachid destacó que la operación venÃa a demostrar la efectividad de la SIU, incluso luego de la ruptura con la DEA. La relación entre la Senad y la agencia norteamericana se deterioró después de que Rachid decidiera no renovar el contrato de cooperación firmado en 2022. De acuerdo al ministro, la agencia estadounidense se "excedió en sus atribuciones" y su influencia era incompatible con la soberanÃa institucional.
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Peña respaldó esta decisión, pero el costo polÃtico para Rachid ha sido alto, con crÃticas dentro y fuera del gobierno. Con estos operativos, Peña busca consolidar su estrategia de apoyo al titular de la Senad, pero el descontento interno amenaza con erosionar aún más la estabilidad del ministro. La utilización polÃtica de un operativo como Marangatú pone en evidencia las tensiones entre instituciones en un momento en el que el gobierno necesita mostrar cohesión y resultados en la lucha contra el narcotráfico.
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