Tanto el ministro del Interior, Enrique Riera como el comandante de la Policía, el comisario Carlos Benítez, admitieron esta mañana que el movimiento de fuerzas militares a tres departamentos del sur del país están fundadas en mayor medida por la preocupación de la ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, más que por una necesidad paraguaya.

Bullrich había señalado meses atrás que manejaba la información de una presencia efectiva de grupos terroristas, sobre todo de Hezbollah, en la zona de la Triple Frontera que comparte con Brasil y Paraguay -donde su cartera mantiene una alerta alta-, así como en la frontera con Bolivia, país que firmó recientemente un memorándum con Teherán.

La ministra de Javier Milei señaló entonces la instalación de 700 iraníes en Bolivia, supuestos miembros de la Fuerza Quds, división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, especializada en la guerra asimétrica y en operaciones de inteligencia militar. Bullrich extendió la supuesta presencia del grupo en Chile, Perú y Brasil.

La preocupación argentina por la situación se dio luego del ataque que había lanzado Irán contra Israel, lo que incrementó la desestabilización en Medio Oriente, y con o antecedentes de dos atentados históricos en territorio argentino en los que, justamente, la triple frontera tuvo un papel destacado

La preocupación argentina por la situación se dio luego del ataque que había lanzado Irán contra Israel a mediados de abril, lo que incrementó la desestabilización en Medio Oriente, y con el antecedente de los dos atentados a la embajada israelí y la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ocurridos en 1992 y 1994, respectivamente, en los que la Triple Frontera tuvo un papel crucial. 

Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Argentina. 

LPOJonatan Bustos

En su momento, Bullrich había mencionado además la presencia de este grupo, partido político y grupo paramilitar musulmán de la corriente chiíta libanesa, pero formado por grupos pertenecientes a la Guardia Revolucionaria iraní, y considerado terrorista por Occidente. Argentina lo responsabiliza de los dos atentados ocurridos en su territorio.

Peña termina su gira por EE.UU alineado con Richardson y la agenda de seguridad de Biden

Benítez admitió que la militarización de estos departamentos partió de las declaraciones de Bullrich y la preocupación argentina ante el crecimiento de la actividad del grupo terrorista en medio de la tensión creciente en Medio Oriente.

Pero la preocupación de Argentina también está relacionada con el desplazamiento de bandas criminales tradicionalmente ubicadas en la frontera paraguaya con Brasil, que el gobierno aseguró que comienzan a moverse rápidamente hacia la frontera con el otro vecino.

OEA

Riera reconoció que hay una preocupación ante la capacidad de respuesta de la Policía, como ocurrió en episodios recientes con mega asaltos que mantuvieron a ciudades enteras en zozobra. La estrategia del gobierno es, en este sentido, apelar la la disuasión ante la presencia de elementos militares en la zona con capacidad de respuesta rápida para actuar en asuntos de seguridad interna.

A mediados del mes de abril Estados Unidos había sugerido a Peña elegir autoridades competentes para ir contra las empresas delictivas transnacionales, en el marco de su plan hemisférico. En aquel encuentro, coincidieron el viceministro del Interior, Óscar Pereira y la ministra Bullrich

Con este movimiento Peña dio un guiño no solamente al gobierno de Milei, sino al de Joe Biden, para el que Paraguay es clave como pate del intento por bloquear el ingreso de China a la región y controlar los estragos de las actividades a gran escala de los grupos criminales, una cuestión que también preocupa a Brasil.

A mediados de abril Estados Unidos había sugerido a Peña elegir autoridades competentes para ir contra las empresas delictivas transnacionales, en el marco de su plan hemisférico. En aquel encuentro, coincidieron el viceministro del Interior, Óscar Pereira y Bullrich. En su último viaje a Miami, Peña visitó la sede del Comando Sur y mantuvo el cuarto encuentro con Laura Richardson, en una clara muestra de alineamiento con Washington.