
Veintidós días después de que se registraran lo últimos incidentes en distintas cárceles del país -un intento de fuga de miembros del Primer Comando Capital en Ciudad del Este y un enfrentamiento entre miembros de esta facción criminal con "soldados" del Clan Rotela en Pedro Juan Caballero, con cuatro muertos- Ángel Barchini cumplirá el viernes con su promesa de habilitar al menos una de las tres nuevas penitenciarías, una herencia del gobierno anterior.
La habilitación había sido anunciada cuando a fines del mes pasado, el ministro de Justicia visitó Alto Paraná para verificar la situación tras el intento de fuga y en lugar de reunirse con el intendente, el opositor Miguel Prieto, fue a entrevistarse con el gobernador, el oficialista César "Landy" Torres.
Con esta inauguración, Barchini busca empezar a trabajar en la separación de los condenados de aquellos que se encuentran en prisión preventiva. A su vez, dentro de la penitenciaría, se tendrá por separado a los presos comunes de aquellos que representen un mayor peligro, que estarán destinados al sector de máxima seguridad, donde tendrán reglas especiales.
La capacidad total es de 1.237 plazas, distribuidas en ocho módulos, con capacidad para 165 personas cada uno. El módulo 8, de régimen cerrado especial, tendrá restringida la circulación libre y contará con celdas individuales. Los reclusos tendrán solo dos horas de aire libre al día y recibirán los servicios básicos en sus celdas. Las visitas privadas también estarán restringidas y solo podrá hacerse excepciones por recomendación del Organismo Técnico Criminológico del Ministerio.
Víctor Benítez, director de Política Criminal del Ministerio. confirmó a LPO que la ocupación de las celdas se hará de manera gradual, con las primeras 40 personas privadas de su libertad para el mes de junio en los módulos convencionales y solo 15 para las celdas del régimen de máxima seguridad. Para el ingreso será requisito excluyente tener una condena firme.
Si bien en un principio se priorizará a la población de la penitenciaría de Ciudad del Este, Benítez no descartó que posteriormente se traiga a reclusos de otras cárceles del país, luego de un exhaustivo análisis criminológico basado en estándares internacionales.
A esta penitenciaría se sumarán las dos nuevas cárceles que se construyeron en la ciudad de Emboscada, cuya habilitación oficial aún no está anunciada, pero será después de terminar el trabajo de equipamiento, a cargo de la Itaipú Binacional.
El plan de Barchini, además de la separación de las personas con prisión preventiva de aquellas con condena firme incluye la formación del personal penitenciario, con una camada de guardia cárceles recientemente entrenada con bases de formación militarizada. Además, el ministro prevé aplicar un modelo de reinserción laboral para bajar los niveles de reincidencia delictiva.
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