Un atentado sin precedentes ocurrido el viernes en pleno aeropuerto internacional de Guarulhos, en San Pablo, cuando Antonio Vinicius Lopes Gritzbach, un empresario paulista de 38 años fue acribillado a la vista de todos, encendió las alarmas no solo en Brasil, sino también en Paraguay.
El ataque ocurrió aproximadamente a las 4 de la tarde, cuando la vÃctima regresaba de Maceió en compañÃa de su novia y se produjo frente a cuatro guardias de la PolicÃa Militar, que no pudieron evitar que tres sicarios lo acribillaran de 27 disparos de fusil en el estacionamiento de la terminal aeroportuaria.
El empresario estaba en la mira del Primer Comando da Capital (PCC) luego de haber "desaparecido" unos 100 millones de reales (casi 17 millones de dólares) que le habÃan entregado para el blanqueo mediante el negocio de la criptominerÃa. Según medios brasileños, Lopes Gritzbach no entregó el dinero cuando otro miembro del grupo, Anselmo Bicheli Santa Fausta, alias "Cara Preta", se lo habÃa exigido.
Traficante de drogas y armas, "Cara Preta" habÃa llegado a Lopes Gritzbach con la intención de invertir en bienes raÃces, negocio al que se dedicaba el empresario. Este le proporcionó los "laranjas" (prestanombres) que le permitieron lavar millones de reales a través de esta modalidad.
En 2020, Vinicius le ofreció a "Cara Preta" otro negocio, el de la criptominerÃa, para el que le pidió una inversión de 200 millones de reales. Un año después, la sociedad se rompió cuando "Cara Preta" le pidió parte del dinero y, para no pagarlo, Lopes Gritzbach habrÃa ordenado su ejecución, de acuerdo a la investigación citada por medios brasileños.
Procesado por ese caso, el empresario habló y llegó a un acuerdo con el Ministerio Público. Durante los últimos meses entregó a los investigadores una serie de elementos que expusieron el esquema de lavado que empleaba la mayor organización criminal de la región.
El motivo de su "arrepentimiento" fue haber sido secuestrado y torturado durante nueve horas por un "tribunal penal" del PCC, que tras amenazar con desmembrarlo lo liberó bajo la promesa que iba a devolver los 100 millones de reales desaparecidos.
Apremiado por la situación, Lopes Gritzbach prometió a los investigadores que los ayudarÃa a identificar y localizar a los miembros de la organización criminal, además de entregar información sobre actos de corrupción que involucrarÃan a altos mandos policiales de Brasil.
Además, el empresario prometió entregar bases de datos y documentos del PCC que permitirÃan recuperar parte de los beneficios obtenidos por la organización criminal. Después de entregar copias de conversaciones, comprobantes de transferencias bancarias y contratos entre sus empresas y otras implicadas, Lopes Gritzbach solicitó mayor protección. "Están hablando con un muerto vivo", declaró ante la justicia de su paÃs.
El atentado en un centro de altÃsima concurrencia pública como es el aeropuerto de Guarulhos, un hecho inédito hasta ahora, elevó las alarmas en Paraguay por la escalada de violencia del crimen organizado y, en particular, el accionar del PCC, un grupo que consiguió expandirse en la región.
En Paraguay, las autoridades del área de seguridad reconocieron que si bien el asesinato de Lopes Gritzbach parece ser un hecho aislado de la organización en Brasil, no descartaban conexiones en Paraguay, donde PCC tiene una muy alta penetración, sobre todo en el sistema penitenciario.
A esto se suma el hecho de que, desde hace tiempo, actividades como la inversión inmobiliaria y la criptominerÃa, negocios a los que se dedicaba el empresario asesinado como método de lavado de activos provenientes de hechos delictivos, están en la mira de los organismos de seguridad.
Fuentes del sistema judicial dijeron a LPO que una vez concluida la investigación sobre el caso en Brasil, podrÃan saltar más datos respecto a la amplia red regional con la que el PCC opera para lavar el dinero que obtiene del tráfico de drogas y armas, además de otras actividades criminales. No descartan tampoco que éstas tengan impacto en Paraguay.
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