La dirigente opositora venezolana MarÃa Corina Machado recibió este viernes el Premio Nobel de la Paz, un reconocimiento que fue desaprobado por la Casa Blanca, donde tiene lugar una interna sobre qué hacer con el régimen de Nicolás Maduro. Sin embargo, el presidente Santiago Peña felicitó a la polÃtica antichavista, a quien ya habÃa elogiado en público en oportunidades anteriores.
"Muchas felicidades por este merecido Premio Nobel de La Paz. Es un justo reconocimiento a tu lucha diaria por la democracia en Venezuela. Desde Paraguay te seguiremos apoyando para lograr que finalmente ese sueño se cumpla", escribió el mandatario en su cuenta de X. Para el director de Comunicaciones de la Casa Blanca, Steven Cheung, no hubo nada que celebrar. "El Comité del Nobel demostró que prioriza la polÃtica por encima de la paz", aseguró apenas se conoció la noticia.
El Nobel a Machado, otro golpe al ala negociadora de Trump en Venezuela
La reacción en Washington no tiene que ver con una cuestión de vanidades (Donald Trump se habÃa mostrado interesado por el premio a raÃz del plan de paz entre Israel y Hamas), sino con la estrategia a seguir en torno a la crisis venezolana. Marco Rubio, secretario de Estado y promotor de la candidatura de Machado al Nobel, es partidario de una respuesta militar para derrocar a Maduro. En cambio, Richard Grenell, enviado especial de Trump, apuesta por una salida negociada del sucesor de Hugo Chávez.
Pero Paraguay no tiene nada que perder en este caso. El Gobierno de Peña reconoció a Edmundo González Urrutia como ganador de las elecciones del 28 de julio de 2024, salpicadas por serias denuncias de fraude, y por ende como presidente legÃtimo de Venezuela. En respuesta, Maduro rompió relaciones y acusó a Peña de reincidir "en una práctica fracasada que recuerda las fantasÃas polÃticas del extinto Grupo de Lima con su ridÃcula aventura llamada Juan Guaidó".
Los dos paÃses ya habÃan roto el vÃnculo bilateral, cuando el entonces presidente Mario Abdo BenÃtez y el Grupo de Lima reivindicó a Guaidó como mandatario "interino" de Venezuela, a la espera de la caÃda de Maduro, algo que no ocurrió. Peña asumió en 2023 e inició un deshielo incipiente con Caracas, que incluyó la reapertura de la embajada venezolana en Asunción y el intercambio de embajadores.
Los comicios presidenciales del año pasado tensaron la normalización hasta hacerla trizas, y Peña denunció la violación a los derechos humanos y la persecución a dirigentes opositores, como Machado, en foros internacionales, incluida la Asamblea General de la ONU. La plana mayor del chavismo suele responder cada acción del Gobierno paraguayo que consideran hostil.
A finales de agosto, Diosdado Cabello, ministro del Interior y Justicia de Maduro, cargó contra Peña luego de que CancillerÃa recomendara no viajar a Venezuela debido "a la delicada situación institucional y de seguridad que se vive en ese paÃs". Cabello, figura clave del chavismo, aprovechó su programa televisivo para reclamar la deuda que tiene Paraguay con Petróleos de Venezuela (PDVSA).
Diosdado tildó de "mamarracho" al Gobierno y exigió a Peña que pague la deuda con PDVSA
"Mamarracho los que gobiernan ese paÃs. Paguen lo que le deben al pueblo de Venezuela en vez de estar hablando tanta bolserÃa (tonterÃa). Más de 300 millones de dólares nos deben. Todas esas declaraciones son para no pagar lo que nos deben", disparó entonces. La operación en cuestión se remonta a 2009, cuando PDVSA vendió combustible a la estatal Petropar bajo condiciones que, según Cabello, Asunción busca desconocer.
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