Tras la reunión que mantuvo esta mañana con Marc Ostfield, Rubén Ramírez Lezcano pidió este jueves a la tarde que la administración Biden apure la salida del embajador norteamericano en Asunción. Estados Unidos anunció semanas atrás la designación de Gabriel Escobar como reemplazo de Ostfield, pero las declaraciones del canciller se dan en medio de la presión del cartismo por la ratificación de las sanciones a Tabacalera del Este SA, la empresa que perteneció a Horacio Cartes.

"Desde el inicio de este gobierno hemos transitado un período en el cual se construyó confianza, por lo que recibimos con desagrado la mediatización y politización de las sanciones administrativas. Por eso, estamos solicitando al gobierno americano acelerar el proceso de salida del embajador y así evitar que la pérdida de confianza hacia una persona dañe la relación que mantenemos históricamente", apuntó Lezcano.

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El canciller se limitó a leer el texto que ya tenía redactado y rehusó responder preguntas de la prensa. En el Gobierno intentaron desescalar la tensión con el embajador estadounidense, sobre todo porque Santiago Peña dedicó buena parte de su primer año de gestión a recomponer la relación con la Casa Blanca, que considera a Cartes "significativamente corrupto" y lo vincula incluso con la organización terrorista libanesa Hezbollah.

El presidente Santiago Peña.

Europa Press

Lezcano resaltó la "excelente relación con los Estados Unidos" y calificó a los dos países de "aliados estratégicos" en temas de defensa, seguridad, lucha contra la corrupción, comercio e inversiones. Pero ni Peña ni Lezcano pudieron contrarrestar la campaña orquestada desde el núcleo duro del cartismo, que después del anuncio del martes consiguió el respaldo cerrado de gobernadores, diputados, senadores y referentes del Partido Colorado.

Estamos solicitando al gobierno americano acelerar el proceso de salida del embajador y así evitar que la pérdida de confianza hacia una persona dañe la relación que mantenemos históricamente

Pese al giro de Peña, Lezcano dejó en claro que Paraguay no cuestionaba las medidas de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC). "No hacemos juicio de valor sobre el uso de herramientas administrativas que se enmarcan en la legislación americana. Sin embargo, sí tenemos una posición respecto de la forma en que fueron comunicadas estas medidas administrativas por parte del actual embajador americano en Paraguay", sostuvo.

En realidad, lo que Peña y Lezcano buscaron plantear es una posición intermedia. No apuntaron a las sanciones, sino al uso que Washington pudiera hacer, en particular por la pulseada que mantiene con Cartes. Y en ese tren, la figura de Ostfield como chivo expiatorio le permite mantener al margen el deshielo con la administración demócrata.