
Santiago Peña tiene previsto llegar este miércoles a Buenos Aires para participar de la cumbre de mandatarios del Mercosur con un objetivo en mente. Una fuente cercana a la comitiva paraguaya confirmó a LPO que la prioridad de Peña será recuperar el diálogo con México para cerrar un acuerdo de libre comercio, más allá de la predisposición de cada uno de sus socios del bloque.
Se trata de un encuentro incómodo para Peña, quien se cruzará por primera vez con Lula da Silva desde que se revelara la operación de espionaje contra autoridades paraguayas durante el gobierno de Jair Bolsonaro y los primeros meses de gestión del líder del PT.
Sin embargo, desde Cancillería adelantaron a este medio que la cumbre no es el ámbito para abordar la cuestión, que resintió el vínculo bilateral y paralizó las negociaciones sobre el Anexo C del Tratado de Itaipú.
Pero el presidente también se verá cara a cara con el anfitrión, Javier Milei, en medio del decreto migratorio -que aún no entró en vigencia- que impone nuevas exigencias a los extranjeros y genera preocupación a ambos lados de la frontera.
Con una agenda deslucida, Mercosur arranca la cumbre y confirma un acuerdo con el EFTA
El Gobierno anunció esta semana que buscará llegar a un acuerdo para exceptuar de los requisitos a los habitantes de zonas fronterizas, pero las conversaciones serían lideradas por funcionarios de Migraciones y de Cancillería.
La cumbre, que comenzó este miércoles, se presenta sin sorpresas. Lula asumirá la presidencia pro témpore del Mercosur y se encamina a cerrar un tratado con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), un preludio del demorado acuerdo con la Unión Europea, que el brasileño intentará concluir en este semestre. El acuerdo con el grupo que conforman Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza llega en un momento clave para el Mercosur, que busca diversificar su matriz comercial ante las trabas que impone Bruselas.
Según pudo saber LPO, Peña respaldará los TLC con EFTA y la UE -pese al escepticismo inicial con Bruselas- y secundará a Lula, encargado de completar la misión. "Hay mucho de política preelectoral ahí", dijo una fuente de la diplomacia paraguaya a este medio sobre el espionaje de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin) y sus reverberaciones en la política doméstica brasileña. En el Palacio Benigno López descartan un choque entre los dos mandatarios.
Sin embargo, Peña intentará instalar entre sus pares la necesidad de abrirse a nuevos mercados, como cuando ostentó la presidencia rotatoria e impulsó acuerdos con países como Singapur y Emiratos Árabes Unidos. En esa misma línea asoma un TLC con Japón, que el presidente defendió durante su visita a la isla en mayo. Paraguay quiere dar un giro hacia el Pacífico y aprovechar la potencialidad del corredor bioceánico.
En ese tren, Peña está convencido de la necesidad de buscar un acuerdo más amplio con México, la segunda economía más grande de América Latina. "Hay intención de ampliar el ACE (Acuerdo de Complementación Económica) bilateral", dijo a LPO una fuente cercana al canciller Rubén Ramírez Lezcano. El presidente quiere un acuerdo para la industria automotriz y el sector azucarero.
Hace tiempo que Peña tiene la mira puesta en México. En septiembre, el mandatario participó de la asunción de Claudia Sheinbaum y aprovechó para reunirse con empresarios. México exporta a Paraguay fertilizantes, camiones de transporte, tecnología informática y cerveza, mientras el segundo le vende al primero, mayoritariamente, arroz, semillas y oleaginosas y medicamentos envasados.
El Grupo Bimbo inauguró el año pasado su nueva planta de producción en Mariano Roque Alonso. Claro, de Carlos Slim y una de las firmas líder en la región, también está asentado en Paraguay, y el Grupo Hycsa, dedicado a la construcción, ganó la adjudicación para los trabajos de pavimentación en un tramo de la ruta nacional PY-17 en los departamentos de Amambay y Canindeyú.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.