Santiago Peña presentó este miércoles un nuevo modelo de comunicación para su gobierno mediante la creación de una vocerÃa presidencial. El nombramiento fue anunciado por el ministro de TecnologÃas de la Información y Comunicación, Gustavo Villate y su viceministra, Alejandra Duarte.
La figura, una tradición en varios paÃses como Estados Unidos y en auge en la región de la mano de Javier Milei -con Manuel Adorni-, no tiene precedentes en Paraguay, donde generalmente la comunicación está en manos del jefe de Gabinete o del propio presidente. El cargo recayó en Paula Carro, periodista y abogada con una larga trayectoria en medios de comunicación y organizaciones civiles.
Si bien el Ejecutivo aseguró que la medida tiene como objetivo estar más cerca de la ciudadanÃa y de los medios, se concreta luego de varios traspiés comunicacionales del gobierno y en particular de Peña. Todo esto en medio de una serie de escándalos que salpicaron a su figura y frente a los cuales Peña mostró poca destreza.
Recientemente, la disidencia colorada habÃa criticado el constante desgaste al que estaba expuesto Peña, mientras el silencio de sus colaboradores lo dejaban solo en el centro de los cuestionamientos. Sus asesores polÃticos y ministros de mayor confianza no salÃan al cruce de los golpes y finalmente el presidente se inclinó por delegar la comunicación.
Esta situación se habÃa hecho patente frente a los escándalos de nepotismo de referentes del oficialismo y de la oposición más afÃn al cartismo. Peña solo dio respuestas esquivas, y cuando señalaron a Pedro Alliana por el caso de su hija Montserrat, aseguró que se trataba de una cuestión de moral y no de una violación de la ley.
El cartismo "soft" hace guiños a la disidencia colorada ante el desgaste del Gobierno
Una situación similar se habÃa dado con el tratamiento de ley que que creaba la Superintendencia de Pensiones y Jubilaciones. El presidente llegó a actuar como "vocero" de su propio gobierno, cruzó a sindicalistas, no ofreció detalles para aclarar los puntos más cuestionables del proyecto y tampoco amortiguó las protestas en Asunción y otras ciudades del paÃs.
En una entrevista televisiva, Peña denunció que algunos parlamentarios lo habÃan extorsionado y pedido aumentos salariales a cambio de aprobarle "a libro cerrado" el presupuesto para este año. El mandatario se mostró débil y a merced de una bancada que no controla y no siempre lo acompaña. En otra oportunidad dijo que no le daba vergüenza la situación del senador Hernán Rivas.
Esta condición a la que estaba siendo expuesto el presidente se acrecentaba por la casi nula participación de su jefa de Gabinete , Lea Giménez, como vocera y figura central del gobierno, asà como de su ministro de TecnologÃas de la Información y la Comunicación, con poca visibilidad en la polÃtica de comunicación del gobierno.
El modelo de Milei inspiró a Peña, pero no el tono de Adorni. El gobierno imagina a la flamente vocera como una versión local de la chilena Camila Vallejo, que pese a ser un cuadro polÃtico, conjuga la difusión de las medidas oficiales con una defensa del gobierno de Gabriel Boric, o Karine Jean-Pierre, la portavoz de Joe Biden.
En el entorno colorado todavÃa mantienen la expectativa ante lo que la nueva figura pueda significar para el gobierno, aunque algunos señalan que la tarea requiere de manejo de primera mano del pensamiento del presidente y de las polÃticas públicas. "No se necesita solamente a alguien que pueda ‘'bloquear' a periodistas o eludir preguntas directas", dijo a LPO un exfuncionario con experiencia en los entretelones del Palacio de Gobierno.
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