El líder del Partido Colorado, Horacio Cartes, enfrenta dos problemas que hoy lo obligan a embestir contra el Gobierno de Santiago Peña. Por un lado, el presidente busca consolidar a su equipo político, con la esperanza de que el "peñismo" le permita construir una fuerza propia capaz de sostenerlo en los próximos años. Por otro, el vicepresidente Pedro Alliana no despega en las tres encuestas que el cartismo encargó en los últimos meses. 

El proyecto de consagrar a Alliana como candidato a presidente de Honor Colorado en 2028 apenas prende, un que la dirigencia colorada venía advirtiendo desde hace tiempo y que fue adelantado por LPO. Ningún ministro o referente del oficialismo que dice conocer de cerca a Cartes puede negar una verdad que hoy parece más patente: "Cartes mira 10 años adelante".

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En este sentido, fuentes del Congreso y del comando político aseguraron que Cartes puso los ojos en Arnoldo Wiens, una figura que podría perpetuar su influencia más allá de 2028. El exministro de Obras Públicas confirmó días atrás a este medio que mantiene diálogo con todos los equipos del Partido Colorado para alcanzar una suerte de paz en el coloradismo.

Ese acercamiento incluye a Honor Colorado, un gesto que alejado a Wiens de Mario Abdo Benítez, principal impulsor de su campaña presidencial, y que dejó descolocadas a las bases en los preparativos para las municipales.

El presidente Santiago Peña.

Europa Press

Poco después de apuntar contra el gabinete en público, Cartes se reunió con el presidente del Consejo de Seccionales de Capital, Chapu Fernández, lo que disparó las especulaciones. El exmandatario estaría interesado en ir consolidando equipos desde el cartismo ante una posible ruptura con Peña.

Desde la Junta de Gobierno de la ANR dicen que Cartes apenas tiene influencia sobre el presidente y su entorno, liderado por José Alberto Alderete. Frente a las constantes denuncias de irregularidades en las diferentes adjudicaciones públicas, Cartes se ve obligado a despegarse del Ejecutivo que ayudó a encumbrar. La falta de cambios en el gabinete, y los pocos resultados de algunos ministros, no hacen más que agrandar la distancia entre ambos.

Peña, Alderete y Alliana se cortan solos en todo. Y para colmo, en las tres encuestas que se mandaron hacer, Alliana no mide nada. Cartes es un estratega, ya puso ojo en alguien de la disidencia

"El presidente (Cartes) está harto. No le gusta para nada esta situación de las adjudicaciones. Él se da cuenta de que existen cosas que se le escapan de las manos. Peña, Alderete y Alliana se cortan solos en todo. Y para colmo, en las tres encuestas que se mandaron hacer, Alliana no mide nada. Cartes es un estratega, ya puso ojo en alguien de la disidencia", dijo a LPO una fuente de la Junta de Gobierno.

El vicepresidente Pedro Alliana. 

Vicepresidencia

Mientras tanto, Peña pisa el acelerador para consolidar equipos con la plana leal de senadores y gobernadores. Pero desde el Congreso ponen condiciones a cambio de su apoyo: la salida de María Teresa Barán del Ministerio de Salud y de Claudia Centurión de la cartera de Obras Públicas, como reveló este medio. 

En este tren, el titular del Consejo de Gobernadores, César "Cesarito" Sosa, se reunió este viernes con el número uno del Ejecutivo bajar a la cancha aquellos proyectos que permitan a intendentes colorados un lavado de cara ante de lanzarse a la campaña de 2026. Una de esas iniciativas es la pavimentación de mil kilómetros en todo el país, que cuenta con una inversión de 100 millones de dólares donados por la Itaipú.

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A esta división dentro del cartismo se suma el arribo del exvicepresidente Hugo Velázquez, que complica las negociaciones con otros presidenciables de la disidencia, como Wiens, Lilian Samaniego y Edmundo Rolón. Con todo, la propuesta inicial se seguiría respetando: el que mejor salga en los sondeos de preferencia, será acompañado por el resto. Desde atrás, y con estructura propia, aparece Derlis Maidana, que aspira a ser el vicepresidente de una chapa que aún desconoce a su principal jugador para las generales.