Desde su salida del PLRA, Eduardo Nakayama viene vagando entre los golpes de efecto y la promesa de un nuevo partido de inspiración liberal. Mientras tanto, el senador busca adoptar ciertos gestos y propuestas que emulan al presidente argentino, Javier Milei, a quien elogió tras su triunfo en noviembre pasado y que podría convertirse en una suerte de inspiración.

Ante el escándalo de nepotismo que sacude al gobierno y a la oposición en el Congreso y otras instituciones públicas, Nakayama propuso que los políticos paguen "de su bolsillo" los sueldos de familiares acomodados en el Estado. Más allá de que la vieja práctica bordea el delito, el Ejecutivo acaba de confirmar que el proyecto de ley para prohibir el nepotismo en la función pública se tratará en sesión extraordinaria.

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Con propuestas de austeridad, el senador aspira a posicionarse para la reelección en la cámara alta o bien para lanzarse a una candidatura presidencial. En su antiguo partido dicen que no tiene nada armado y recuerdan con malicia su derrota frente a Óscar "Nenecho" Rodríguez por la intendencia de Asunción. Pero Nakayama necesita una agrupación si quiere continuar en carrera y busca reclutar a excorreligionarios.

El presidente argentino Javier Milei. 

Los aliados que mantiene en el PLRA reconocen que saltó justo a tiempo, en medio de las luchas que consumen a los liberales, y que puede dar con el tono si se enfoca en lo que sucede en el Legislativo. El legislador visitó recientemente Taiwán, pero no recibió fondos para su viaje, mientras sus colegas recibían hasta G. 17 millones, como Dionisio Amarilla, que recorrió República Dominicana, Rusia y Uruguay.

Nakayama presume de esos gestos. Ahora propuso subastar las viejas sillas del Congreso que dieron lugar a unas nuevas, que costaron casi G. 6.000.000 cada una, para devolverlo a las arcas del Estado. El recambio se convierte en una decisión aún más onerosa en medio de las refacciones del edificio legislativo -que Beto Ovelar pausó de momento- y el escándalo de los "nepo babies", aunque una subasta sería apenas un acto simbólico de resarcimiento.

El senador propuso subastar las viejas sillas del Congreso que dieron lugar a unas nuevas, que costaron casi G. 6.000.000 cada una, para devolverlo a las arcas del Estado

El senador demostró de qué va su estrategia durante el debate por la ley de la superintendencia de jubilaciones, durante el cual buscó mostrarse como el abanderado del rechazo por considerar que el gobierno quería hacerse de los fondos previsionales. Una vez más, sobrevolaba el modelo argentino como contraejemplo de lo que se debía hacer en Paraguay. 

Cuando ganó Milei, el senador no se ahorró elegios. "Creo que se ha puesto fin a una serie de gobiernos populistas en Argentina que la han empobrecido enormemente en los últimos años y ojalá con el nuevo gobierno de Javier Milei se empiece una reconstrucción de la Argentina como él lo menciono", dijo entonces.