Mientras el Mercosur y la Unión Europea negocian el demorado tratado de libre comercio, las condiciones ambientales de impulsan los europeos para sus importaciones divide al gobierno. Al enfrentamiento entre los gremios de la producción ahora se suma el choque entre el canciller Rubén Ramírez Lezcano y el ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez.
El reglamento 1115 de la UE establece la prohibicion de importar productos de zonas deforestadas y algunos sectores en Paraguay sienten que podría desalentar la colocación de sus productos en el mercado europeo. Las líneas de cooperación vigentes entre la UE y el sector de la carne, por ejemplo, provocó la reacción Giménez, que defendió las regualaciones -aunque "razonables"- y quedó al margen de la postura de la Cancillería.
"Es clave tener todo el análisis de trazabilidad. Todavía hay condiciones que debemos evaluar, como el impacto que tendrán en nuestro proceso de certificación", disparó Lezcano, que bajó de un hondazo el optimismo de Giménez, promotor del acuerdo de cooperación entre la Red de Inversiones y Exportaciones (Rediex), que depende del Ministerio de Industria y Comercio, y la UE.
En medio de la disputa al interior del gabinete, el jefe de Cooperación de la UE en Paraguay, Matteo Sirtori, tuvo que salir a aclarar el alcance del reglamento. "Las cooperaciones se basan en decisiones soberanas de cada país que decide firmar el acuerdo. Nadie impone nada a nadie. Las preocupaciones son legítimas siempre y cuando se basen en hechos reales e informaciones probadas con evidencias", aclaró.
Sirtorio aseguró que están en conversaciones con los gremios de la soja, la carne y el cuero para ajustar su producción a los estándares europeos. "Se esta trabajando con Rediex para volver a abrir el mercado europeo. No estamos aquí para imponer ningún tipo de proyecto y no existe la discriminación porque ese reglamento se aplica a productores europeos como productores no europeos. Las reglas son exactamente las mismas", afirmó el funcionario.
Giménez, que esperaba la aclaración, calificó de "tontas" las polémicas sobre las exigencias ambientales y anunció que existe una propuesta de financiamiento de 10 millones de dólares para asistir técnicamente a varios ministerios del gobierno para la creación de un programas de trabazabilidad de los productos.
El ala tecnócrata del Ejecutivo, vinculada a la banca y con el apoyo de Asociación Rural del Paraguay (ARP), está de acuerdo con las condiciones de sustentabilidad y los lineamientos del "capitalismo verde" que promueve la UE. Por otro lado se ubica el Ministerio de Agricultura y Ganadería, con una bajada extractivista -y hasta negacionista del cambio climático-, al que se le unen la Unión de Gremios de la Producción (UGP), la Coordinadora Agrícola del Paraguay (CAP) y la Federación de Cooperativas de Producción (Fecoprod).
No se trata de posicionamientos cerrados o que coincidan en todos los puntos, más bien exponen tendencias al interior del gobierno y en el entramado productivo del país. El primer grupo es más proclive a un acuerdo para establecer la trazabilidad a la que tendrán que adaptarse los productos paraguayos, mientras que el segundo ve una imposición, reglas arbitrarias y restrictivas y una intención oculta de limitar las exportaciones nacionales.
Esta puja se da en paralelo a las negociaciones entre el Merocusur y la UE por el acuerdo comercial que lleva trabado más de 20 años. Brasil lidera las conversaciones en representación del bloque, y Lezcano oscila entre los tecnócratas y los extractivistas, más inclinado a los últimos por una cuestión pragmática: condicionar a los europeos, que a pedido de Emmanuel Macron intenta introducir cláusulas ambientales, y conseguir un entendmiento que no ahogue a los productores paraguayos.
"Llevar las negociaciones más allá del Acuerdo de París para nosotros no es aceptable. Nos preocupa que Europa vaya tomando la medidas gradualmente y el sistema de verificación de los cumplimientos", sentenció en canciller. Como parte de ese doble juego, Lezcano acompañó este martes a Peña en la reunión que mantuvo con el exministro británico Nick Hurd y el embajador Ramin Navai en Mburuvicha Róga para hablar de inversiones en "proyectos sostenibles" en Paraguay.
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