Santiago Peña ha dado un giro de alto impacto en su polÃtica exterior. La ruptura de relaciones con Venezuela y el reconocimiento de la victoria de Edmundo González Urrutia ubica a Paraguay lejos de los paÃses que vienen trabajando una diplomacia más blanda con el régimen venezolano.
Esto es un cambio porque Peña defendió desde su llegada al poder un acercamiento con Caracas para marcar una diferencia con Mario Abdo BenÃtez que reconoció en su momento a Juan Guaidó y otros asuntos más espinosos como la deuda de USD 400 millones que Paraguay tiene con PDVSA de la época abdista.
En este contexto, uno de los objetivos del 2024 fue gestionar la apertura de las embajadas en ambos paÃses pero todo volvió a fojas cero con la decisión de Peña que ya hizo mella en la narrativa cartista.
CancillerÃa empezó a referirse al gobierno de Maduro como régimen y en el mismo sentido se expresó el presidente del Senado, Bachi Nuñez, en una entrevista en la que lo calificó como "régimen genocida".
El chavismo dice que Peña desconoce a Maduro para no pagar la deuda con PDVSA
Pero la decisión también confirma que Peña se corrió el eje de conducción de Lula. Brasil, como reveló LPO, tomó distancia de Maduro pero no rompió relaciones y mandará un representante a la toma de posesión del lÃder chavista.
El argumento del entorno de Lula para justificar esta decisión se basa en que Brasil no suele romper relaciones con paÃses y en caso de hacerlo no serÃa beneficioso para nadie. El gobierno brasileño protege la embajada argentina que tiene 6 opositores asilados e insiste aunque con menos esperanza que ocurra en una salida negociada de la crisis.
"Ellos están en su derecho de hacerlo, nosotros tomamos otro camino pero no cambia nada en la relación bilateral y con el Mercosur", afirmó a LPO una fuente del entorno de Lula.
Peña quedó del lado de Milei que propone una posición de desconocimiento del régimen y de confrontación con Maduro, camino que también optó Gabriel Boric en Chile.
Venezuela rompe con Paraguay después de que Peña diera su apoyo a Edmundo González
Para Lula es un problema porque mientras sigue sosteniendo al régimen, su estrategia de acercarse a las derechas moderadas de Sudamérica para alinearlos contra el extremismo de Milei y Bolsonaro puede entra en crisis.
Peña vio la oportunidad de desmarcarse de una estrategia brasileña con Venezuela que no cuenta con el apoyo de nadie y está destinado al fracaso pero Brasil tiene formas de hacer valer un eventual enojo con Paraguay en las eternas y nunca resueltas negociaciones respecto del Anexo C de Itaipú, el comercio fronterizo o en el marco del Mercosur en donde el gigante sudamericano manejas los tiempos de todas las discusiones.
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