La ContralorÃa General emitió un informe de "buena gobernanza" en el que incluyó seis puntos de riesgos altos a los que Santiago Peña debe atender. Entre ellos aparece la alta deuda pública, la ineficiencia en el IPS y en la compra de medicamentos, la gestión del transporte público, la falta de fiscalización del subsidio Tekoporã y la mala distribución del alimento escolar.
Según el documento, estos ajustes tienen que ejecutarse para que tengan institucionalidad y no solo para que Peña pueda cumplir con sus promesas de campaña en estos cinco años. Pero el informe aparece dÃas después de la promulgación de la ley de conflicto de intereses por parte del presidente, que marcó un quiebre entre el Ejecutivo y Camilo BenÃtez.
Peña promulga la ley de conflicto de intereses y vuelve a ceder al cartismo
Tras una serie de idas y vueltas, Peña optó por dar luz verde a las modificaciones hechas a la ley en el Senado, que suprime las sanciones por incumplir con la legislación, anula la obligación de declarar familiares en la función pública y elimina la figura de puerta giratoria, que fue lo más frecuente desde que asumió el gobierno, sobre todo con sus ministros, exgerentes de las empresas ligadas a Horacio Cartes.
La mutilación de la norma volvió a marcar distancia entre Peña y BenÃtez, quienes al inicio del gobierno habÃan tenido un acercamiento durante la primera Cumbre de Poderes. BenÃtez participó de la reunión a la que asistieron los máximos representantes de las instituciones y en una conferencia de prensa posterior adelantó que trabajarÃan con Peña en un plan integral anticorrupción. Fue a mediados de agosto y hasta el momento no hay indicios de ese plan.
La posibilidad de diseñar ese plan de forma consensuada comenzó a diluirse hace dos semanas, cuando Peña también vetó un proyecto que ubicaba a la ContralorÃa como la única institución encargada de recibir rendiciones de cuentas, en favor del Tribunal de Cuentas.
Camilo BenÃtez apoyará una nueva ley solo si el Poder Judicial deja de avalar el blanqueo
Desde la creación de la ContralorÃa, es decir, desde la recuperación de la democracia y la entrada en vigor de la Constitución de 1992, los polÃticos se resguardaron en el Tribunal de Cuentas para evadir que órgano auditase instituciones como el Tribunal Superior de Justicia Electoral, el IPS o la FiscalÃa, todo vÃa acciones de inconstitucionalidad.
BenÃtez, hombre que fue puesto en el cargo gracias al exvicepresidente Hugo Velázquez, se habÃa acercado inicialmente a Peña por la promesa de que la ContralorÃa liderarÃa la polÃtica anticorrupción. Cuando el mandatario anunció que pedirÃa la supresión de la SecretarÃa Nacional Anticorrupción (Senac), BenÃtez salió a respaldarlo porque los diez años de vida de esa institución, en sus propias palabras, no sirvieron para nada.
Ahora, con los seis puntos de riesgo marcados por la ContralorÃa, un programa anticorrupción unificado parece distante y el recelo entre BenÃtez, visto como uno de los pocos contrapesos institucionales, y el gobierno se ensancha un poco más.
Por favor no corte ni pegue en la web nuestras notas, tiene la posibilidad de redistribuirlas usando nuestras herramientas.