En Taiwán no creen del todo que China se anime a lanzar una invasión a gran escala en 2027, una hipótesis que el Gobierno taiwanés maneja en público. Pero en la isla sà se toman en serio la promesa de Xi Jinping de consumar la reunificación antes de dejar el poder, y por eso buscan aliados entre los vecinos. De hecho, Taiwán los encontró en otras dos islas cercanas: Japón y Filipinas.
Japón y Filipinas siguen la polÃtica de "una sola China", y como reconocen a la República Popular como la única China -y por ende su reclamo sobre Taiwán-, las relaciones con la isla tienen que ser extraoficiales. Es una cuestión de formas que no les impide empujar los lÃmites de una alianza creada para hacerle frente a Beijing, aunque se trate de una apuesta no exenta de riesgos.
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"Es cada vez más evidente que las ambiciones de China no se limitan solo a Taiwán. Sin embargo, nuestro objetivo sigue siendo muy claro: mantener el statu quo y la paz regional", dijo el canciller taiwanés Lin Chia-lung durante una entrevista a puertas cerradas con 16 periodistas del todo el mundo en Taipéi, la capital de la isla. LPO fue el único medio de habla hispana invitado a la cita, donde Lin se refirió a los planes de China en el PacÃfico Occidental.
Fue durante la primera semana de septiembre, y el canciller Lin acababa de regresar de un viaje a Filipinas junto a una comitiva de inversores taiwaneses, un hecho sin precedentes que no fue confirmado ni desmentido por ninguno de los dos paÃses involucrados. La visita del ministro de Exteriores fue posible gracias a que el presidente filipino Ferdinand Marcos Jr., hijo del exdictador, relajó en abril de este año las restricciones que pesaban sobre los intercambios oficiales con la isla.
En Beijing se enteraron de la presencia de Lin en Manila y la respuesta de la CancillerÃa china al gobierno de Filipinas fue categórica: "Dejen de jugar con fuego. Hay un precio que pagar por pisotear la lÃnea roja de China". La visita que desató la furia de Xi es solo el resultado de un acercamiento que preocupa en el continente.
Beijing y Manila mantienen una disputa territorial sobre las aguas y algunas islas del Mar de China Meridional y el propio Marcos dejó en claro que su paÃs se verÃa arrastrado si estalla la guerra en Taiwán. En parte tiene sentido, porque entre 150 y 200 mil filipinos viven en suelo taiwanés, pero los intereses -lo que está en juego- van más allá. Taiwán y Filipinas trabajan en un corredor económico conjunto que podrÃa conectarse fácilmente al que ya opera en Luzón, al norte del archipiélago, bajo el auspicio de Estados Unidos y Japón.
El gobierno taiwanés quiere integrar a Filipinas a la industria de los semiconductores, que la isla lidera a nivel global, y crear un entorno donde China quede al margen de las cadenas de suministro en la zona del Indo-PacÃfico, un objetivo que comparte con sus aliados en la región. En China se preguntan si la integración comercial y productiva decantará en una cooperación militar entre taiwaneses, filipinos y japoneses en una parte del mundo donde EEUU puja por mantener su hegemonÃa, que en realidad se parece cada vez más a un fino equilibrio entre los dos gigantes.
Chung Chieh, investigador adjunto del Instituto de Investigación de Defensa y Seguridad Nacional de Taiwán, el principal think tank sobre asuntos militares de la isla, aseguró a este medio que la alianza anti China se mueve dentro de ciertos márgenes. "Si EEUU decidiera mantenerse al margen de una invasión a Taiwán, creo que ninguno de estos paÃses nos brindará apoyo. Asà que, básicamente, especialmente en el caso de Japón, su apoyo a Taiwán se basa en la condición de que el Ejército estadounidense participe en la invasión", dijo.
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"El aumento de la capacidad militar de Japón y Filipinas se debió a la demanda de EEUU, no solo como preparación para una posible invasión en el estrecho de Taiwán, ya que en el futuro podrÃan surgir conflictos militares entre EEUU y China en el PacÃfico Occidental. Por lo tanto, estos paÃses se están preparando para apoyar a EEUU en este sentido. Si EEUU y China se enfrentaran en un conflicto militar en la región, el posible escenario serÃa, en primer lugar, que el Ejército Popular de Liberación invadiera Taiwán o, en segundo lugar, que se produjeran conflictos en el Mar de China Meridional", explicó Chung.
Las especulaciones en torno a una potencial invasión -para la reunificación, según China, o para anexión, en palabras de los taiwaneses- depende del nivel que alcance la capacidad militar china en los próximos años, cuando la disuasión pueda dar paso a una confrontación directa con EEUU. La carrera armamentista ya está en marcha en la región, con Japón reforzando su capacidad de contraataque con misiles que pueden alcanzar el continente y Filipinas invirtiendo como nunca antes en aviones de combate y en su Armada, a cargo de la defensa marÃtima.
En 2021, el exprimer ministro japonés Shinzo Abe aseguró que una emergencia en Taiwán implicarÃa una emergencia para su paÃs. El último documento oficial de defensa, publicado a mediados de año, el gobierno de Japón alerta sobre el "grave impacto" que podÃan tener las actividades militares chinas, sobre todo aquellas que se despliegan en los alrededores de las disputadas islas Senkaku (como las llaman los japoneses) o Diaoyu (el nombre que les dan los chinos), e incluso sobre una invasión a Taiwán.
La tensión puede ir en aumento si Sanae Takaichi se convierte en la próxima primera ministra de Japón, algo que ya se da por descontado. DiscÃpula de Abe, Takaichi es una polÃtica de lÃnea dura a la que suele compararse con Giorgia Meloni, nacionalista, crÃtica con China y autodeclarada amiga de Taiwán. La futura lÃder de Japón visitó Taipéi en abril y recibió a Lin cuando este viajó a Tokio en julio, en una gira exprés y de bajo perfil como la que encabezarÃa meses después en Filipinas.
Los lazos históricos explican parte de esta alianza. Japón ocupó Taiwán por medio siglo, desde 1895 hasta el final de la segunda guerra mundial, en 1945, con la intención de convertirla en una colonia modelo. El actual presidente Lai Ching-te estuvo presente durante el funeral de Abe en Japón en 2022, cuando era el vice de la entonces mandataria Tsai Ing-wen, una decisión que generó desconcierto dentro del gabinete. Esta relación sigue evolucionando.
En Japón tampoco están tan seguros de que EEUU sea el garante eterno del statu quo en la zona. Las guardias costeras de Japón y Taiwán aumentan su cooperación al igual que las autoridades militares taiwanesas y filipinas. Un acuerdo de defensa colectiva que incluya a Taiwán junto a otros aliados de EEUU en el PacÃfico implicarÃa "jugar con fuego". Nadie quiere tentar a China, pero la tendencia es clara: los paÃses que le temen se están juntando y la coalición informal que proyectan privilegia cada vez más la seguridad.
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