
El cartismo está más fuerte que nunca y hasta logró imponer su hegemonÃa en el sistema polÃtico. Es lo que sostiene el análisis del sociólogo Esteban Caballero, publicado por el Centro de Análisis y Difusión de la EconomÃa Paraguaya (CADEP).
El Partido Colorado viene ejercitando sus músculos y no solo a través del copamiento del Estado, al que usa para su sistema clientelista, sino porque el gobierno de Santiago Peña le sirve para seguir sus directivas, al punto de haberse convertido ya, con poco más de cuatro meses en funciones, en el sostenedor del propio partido.
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Uno de los objetivos principales de Honor Colorado, liderado por Horacio Cartes, ya se ha cumplido, y es tener el control del Poder Judicial, según el analista, que explicó que el jefe de la ANR necesita tener a disposición la justicia porque tiene a Estados Unidos como una amenaza, luego de haberlo designado "significativamente corrupto" y sancionado a sus empresas, además de los expedientes que lo vinculan con el lavado de dinero. Por eso se ocupó de ubicar a sus leales en el Consejo de la Magistratura y en el Jurado de Enjuiciamiento, dos órganos extrapoder que controla a jueces y fiscales.
Todo esto gracias a haber logrado disciplinar a todo el Congreso, bajo tutela de Cartes. Caballero sostuvo que el oficialismo no se dividió en bancadas con identidades propias, y que no se logró ninguna alianza entre Fuerza Republicana y la oposición. Al contrario, se configuró una distribución compacta, pocas veces vista en la era democrática. "Lo que se ha podido observar es una suerte de doble hegemonÃa. Honor Colorado ha logrado hegemonizar el Partido Colorado y el Partido Colorado ha logrado hegemonizar el sistema polÃtico", apunta el informe.
Este contexto de mayorÃa colorada disciplinada y un sector de la oposición completamente servil puede habilitar una reforma constitucional, apuntó en analista de CADEP. De hecho, desde la oposición comenzó a hablarse del balotaje, que solo puede incluirse con una modificación de la Constitución. También la Justicia Electoral mencionó que existen intenciones.
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Asà como el cartismo creció, el peñismo terminó por desfallecer, según el informe, debido a que el presidente dio indicios de que no tiene intención de contrarrestar la influencia de su lÃder, como buscó el gobierno de Joe Biden en principio, lo que pudo revelarse mediante un documento filtrado que contenÃa un plan de lucha contra la corrupción en el Paraguay. "El presidente Santiago Peña ha demostrado una y otra vez que no va a dejar de ser leal a su mentor, aunque eso le cueste su legitimidad y reputación", expresa el análisis.
Que Peña no tenga tensiones con Cartes, no quita que no existan disputas en el oficialismo. La forma de gobierno del presidente molestó a varios referentes como Bachi Núñez, Gustavo Leite o Antonio Barrios. También se dieron malestares en contra de la gestión de Lea Giménez, jefa del Gabinete Civil y mano derecha de Peña.
Uno de los puntos más llamativos fue la definición de bicefalia en el Estado. La primera cabeza es la de Cartes, como presidente del Partido Colorado, y la segunda, la de Peña. "Gracias a ella (la cabeza de Peña), el lÃder del partido ha logrado que el gobierno siga las directivas polÃticas de la nucleación en ciertas áreas concretas. Asà pues, el gobierno es prácticamente un ‘sostenedor' del partido bajo la tutela del expresidente", precisó el sociólogo.
La investigación determina que el cartismo mantiene el patronazgo con gran habilidad para instrumentar el sistema. "Su proyecto es neutralizar cualquier contestación haciendo prevalecer la apuesta que se va a obtener mejores beneficios en el corto plazo, eligiendo el clientelismo, en contraposición a la acción cÃvica", apunta el informe en otro tramo.
Caballero dijo que el cartismo está sofisticando el clientelismo y lo ha combinado con la gestión del Estado "que también introduce elementos modernizantes y acciones racionales de medios y fines, algunos loables y necesarios". "Ese gerenciamiento es otro de los factores clave que lo puede mantener en el poder por un tiempo prolongado", aseguró.
Finalmente, el analista hace un diagnóstico trágico para la oposición, anticipando el final del bipartidismo, por el debilitamiento del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). "El principal partido de oposición, el PLRA, ha caÃdo en un faccionalismo que amenaza con provocar un cisma o, peor aún, una fragmentación ya definitiva, sin recomposición. SerÃa el fin del llamado bipartidismo paraguayo, compuesto por los dos partidos tradicionales, el PLRA y la ANR", sentencia el análisis de CADEP.
El informe señala que en el Congreso muchos actores de oposición se distanciaron de sus partidos, como el caso de Cruzada Nacional, además de las votaciones en las que no colorados apoyaron al oficialismo. Caballeró indicó que las individualidades en la oposición que se han formado, no pueden contrarrestar al Partido Colorado. Por otro lado, el liderazgo de Payo Cubas, al que el analista calificó como un referente con interpelaciones nacionalistas y "populistas neoautoritarias", es todavÃa difÃcil de predecir en cuanto a proyección.
De forma conclusiva, el sociólogo mencionó a la organización de la sociedad civil como una forma de mitigar el avance del cartismo, ante la debilidad de los actores polÃticos.
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