Los constantes despidos, calificados como "persecuciones" en las filas del funcionariado público, obligó a los dirigentes colorados a analizar el resurgimiento y potenciar el liderazgo de las conocidas Coordinadoras Coloradas que ya existen en las diferentes carteras del Estado.

La descontratación y destitución de cartistas de la primera hora dejó en evidencia, según coincidieron convencionales y presidentes de seccionales, la posición tomada por el comando político de Honor Colorado de no respetar los espacios ganados por la dirigencia en las instituciones.

La realidad que se vive en departamentos como San Pedro, donde se desató una puja de poder entre el gobernador Freddy D'ecclesiis y el ministro Carlos Giménez, y el ninguneo a la dirigencia cartista de Cordillera, que terminó con el desplazamiento del líder natural del cartismo en ese territorio, Miguel Olmedo, dejaron cientos de funcionarios sin contrato en la calles a pesar de haber trabajo en la campaña de Santiago Peña.

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La dirigencia colorada cartista se siente manoseada y pide respuestas al líder de la Asociación Nacional Republicana, Horacio Cartes, que hasta la fecha no fueron oídas. En tanto, Peña lleva adelante un plan para barrer del Estado a la dirigencia colorada con el objetivo de bajar el nivel del gasto público. La sospecha es que esa jugada redundaría en el acceso a cargos de confianza, sin concurso previo, a personas ubicadas en el primer anillo de senadores, diputados y gobernadores.

El presidente Santiago Peña. 

En respuesta, los dirigentes colorados ubicados en los diferentes ministerios iniciaron un proceso de negociación para hacer resurgir el poder de presión de las conocidas Coordinadores Coloradas. Estas organizaciones políticas fueron históricamente utilizadas para blindarse y copar las vacancias en el gobierno. Las coordinadoras tienen ropaje legal establecido en el estatuto partidario de la ANR y funcionan de facto por el poder político que las sostiene ante cualquier conflicto en su institución.

"Estamos conversando con todos los compañeros colorados para retomar el poder de las coordinadoras y así blindarnos ante la persecución que existe. Se echa a compañeros a pesar de ser cartista de la primera hora", comentó un convencional y funcionario con antigüedad del Ministerio de Salud.

Las coordinadoras fueron históricamente utilizadas para blindarse y copar las vacancias en el gobierno. Tienen ropaje legal establecido en el estatuto partidario de la ANR y funcionan de facto por el poder político que las sostiene ante cualquier conflicto en su institución

Actualmente el funcionario colorado cuenta con una comisión asesora de la presidencia de la Junta de Gobierno, liderada por Fernando Ayala, quien negó las denuncias de persecución a correligionarios. Ayala les pidió a los dirigentes hoy ubicados en instituciones públicas que se amolden a los cambios impulsados desde el gobierno central.

El vicepresidente Pedro Alliana.

"No existe persecución a la dirigencia. Al contrario, la comisión asesora de la Junta de Gobierno está trabajando en la ley del Servicio Civil para reglamentar el ingreso al trabajo público. No veo que exista persecución. Es algo normal. Generalmente se les da los lugares a los diputados y senadores. Son casos naturales de la política", aseguró Ayala.

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Cartes bajó línea y pidió a las estructuras dejar a un lado los movimientos independientes y que el coloradismo reine a partir de ahora para dar estabilidad al gobierno de Peña. Pero en una reacción contraria, los dirigentes de San Pedro, Alto Paraná, Cordillera y Central ya empiezan analizar la posibilidad de crear movimientos internos para desafiar al comando político de Honor Colorado.

El nivel de confrontación entre los cartistas de la primera hora y los recién llegados, sobre todo exabdistas y exopositores de otros partidos, provoca una división interna que con el paso del tiempo se va agudizando. Esta crisis latente podría repercutir en los trabajos previos y en los resultados de las próximas municipales de 2026.