El Clan Rotela tomó el control de la penitenciaria de Tacumbú en un claro mensaje contra el plan del gobierno de Santiago Peña y del ministro de Justicia, Ángel Ramón Barchini, de retomar "a cualquier costo" el poder de las cárceles.
Las fuerzas policiales y militares no pudieron contener los incidentes que provocaron incendios en varias zonas del interior de la mayor cárcel de Paraguay, como la toma de 50 rehenes, entre los que se destacan al propio director, funcionarios de la penitenciaria y hasta mujeres que habían ido a visitar a sus familiares.
El Gobierno intenta recuperar el control de las cárceles y anticipa un "costo en vidas humanas"
Además se registraron enfrentamientos entre antimotinados de la Polícia y presos que lograron acceder a algunas armas. La crisis desatada provocó la inmediata reacción de sectores de la oposición que pidieron la renuncia del ministro Barchini por falta de capacidad para manejar la crisis.
El amotinamiento se generó con la toma de diez guardiacárceles como rehenes, quienes se convirtieron a la fuerza en voceros de los líderes del clan Rotela en una conferencia de prensa improvisada en la que pidieron la renuncia del ministro, que dilató su comparecencia hasta cerca de las 21 horas.
"Estamos todos bien y nadie nos hizo daño. Un mensaje para el gobierno. Necesitamos personas de la familia penitenciaria para ocupar el cargo de ministro y directores para convivir con los compatriotas internos. Estamos cansados de hurreros y seccionaleros", decía un guardiacárcel a los reos que lo filmaban en sus celulares.
Enrique Riera tomó la iniciativa frente a un Barchini que no emitió una sola palabra, parado a su lado y mientras los bomberos apagaban las llamas del presidio. "Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para preservar su integridad", prometió el ministro de Interior sobre los reos, pero sin hacer referencia a los policías heridos o la liberación de los rehenes.
El titular de Interior también confirmó que se ha establecido un comité de crisis que presidirá Peña, pero las primeras negociaciones con los amotinados fracasaron. Los presos insistieron en que querían hablar con Barchini, algo poco probable ya que el ministro viene de denunciar al clan Rotela y al PCC por amenazas y supuestas filtraciones desde las cárceles.
La salida de Barchini no es solo una exigencia de los presos de Tacumbú o de la oposición. Según pudo saber LPO, desde el oficialismo le han planteado al presidente la necesidad de que el ministro de Justicia de un paso al costado, aunque el Ejecutivo se debate entre desprenderse de un miembro del gabinete o seguir adelante y no mostrar un gesto de fractura al interior del gobierno.
Las críticas por las series de inconsistencias y desprolijidades en la gestión de Barchini frente la cartera de Justicia se inició con su intención de defender una adjudicación irregular de unos Gs 68.000 millones a una empresa suspendida por la Dirección de Contrataciones.
A esto se suma el bluf de informar al presidente el supuesto descuartizamiento del suboficial Oliver Lezcano a manos del clan Rotela. Sin embargo, en la noche de este martes salió a desmentir su propia muerte en un video.
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