Son apenas dos meses de haberse iniciado el nuevo gobierno y las amenazas de crisis provienen del mismo partido de Santiago Peña, que hoy responde a Horacio Cartes, titular de la ANR y padrino político del mandatario.
El presidente está intentando mantener la estabilidad que le regaló la mayoría obtenida en las elecciones de abril, mientras los torbellinos políticos estorban sus proyectos y la tranquilidad que pregonaba hace menos de un mes, cuando comenzó a sentir que las bases coloradas se movían molestas por la falta de espacios en el gobierno al que ayudaron a ganar.
Reconocen que hay malestar en el Ejecutivo por Bachi, pero el cartismo sale a blindarlo
Es en el Congreso donde los miembros de Honor Colorado no dejan de dañar la imagen que Peña se esfuerza en proyectar. "Estamos viviendo un periodo de tranquilidad política como no lo habíamos vivido en muchísimos años en el Paraguay. Si ustedes miran lo que fue la conformación del gabinete del Gobierno. Hicimos un Gobierno eminentemente colorado", se felicitaba a sí mismo el presidente en septiembre.
"Con personas con alta capacidad de preparación técnica. Pero también con un bagaje político muy importante, me animo a decir que este es el Gobierno más colorado que ha habido en la transición democrática", resaltaba entonces desde Mburuvicha Róga. Los legisladores vivían todavía un periodo de gracia por el triunfo electoral.
Peña veta el proyecto de Remansito y se agranda la grieta con el clan Núñez
Pero Basilio Núñez, Hernán Rivas y Erico Galeano apenas le estaban tomando el pulso. Fuera de su bancada, aunque también en el Senado, Luis Pettengill se sumó a la crisis, como también el diputado cartista Yamil Esgaib. En el Ejecutivo, una gestión deficiente del sistema penitenciario generó una revuelta que casi le cuesta el cargo al ministro de Justicia, Ángel Ramón Barchini, completando la media docena de problemas difíciles de resolver dentro de los primeros 100 días de gobierno.
Bachi es el protagonista del caso Remansito, que causó una división notoria en el oficialismo. El senador presentó un proyecto de ley que desafectaba 131 hectáreas de la finca 916 de Villa Hayes en favor de la Municipalidad, con lo que se beneficiaría a 18 ocupantes de altos recursos que estaban en posesión de tierras públicas pertenecientes al Ministerio de Defensa, de forma irregular. Tres de ellos tuvieron que devolver sus parcelas ante el escándalo. Peña en tanto se vio obligado a vetar la ley y ordenar a la Procuraduría recuperar la propiedad.
Mientras tanto, Rivas había sido ubicado en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados bajo serios cuestionamientos sobre su capacidad como abogado y la polémica de los embargo de sus salarios por deudas. Ahora está de nuevo en el foco por la denuncia de Raúl Benítez que demostró que el título profesional del senador fue obtenido de forma irregular y hasta podría ser falso.
El caso de Erico Galeano es de los más graves. Está siendo procesado por lavado de dinero y asociación criminal en el marco del operativo A Ultranza Py y cuenta con prisión domiciliaria, aunque con un permiso especia para asistir al Congreso. La bancada de Honor Colorado decidió blindarlo hasta hoy, aunque está por verse si sus compañeros de partido corren la misma suerte.
Celeste dice que Pettengill debe perder la investidura por violar la Constitución
En la bancada disidente, un aliado del cartismo, Luis Pettengill, está siendo acusado de haber transgredido la Constitución Nacional por estar vinculado con empresas proveedoras de Estado siendo legislador, lo que es causal de pérdida de investidura.
Por su parte, el diputado Yamil Esgaib, fue suspendido por 30 días sin goce de dieta por acciones violentas contra mujeres, específicamente contra Celeste Amarilla, Rocío Vallejo, Yohanna Ortega y la periodista Rocío Pereira. A la senadora liberal la amenazó con golpearla en el pleno y en ningún momento mostró arrepentimiento.
Finalmente, Barchini, quien recientemente generó una crisis en Tacumbú por malos manejos en su gestión, estuvo cerca de perder el cargo. El clan Rotela, una banda criminal que controla las cárceles, provocó un motín, con toma de rehenes y un incendio incluidos,y pidió al Ejecutivo que echara al ministro. Luego se sumaron los guardiacárceles exigiendo mejores condiciones laborales.
El inicio del problema se dio cuando Barchini, durante la reunión de ministros, en vivo, dijo que los Rotela conocían todos sus movimientos, por tener infiltrados, por lo que pedía reforzar la seguridad.
Dentro de todo este torbellino, Peña intenta despegarse de los casos de corrupción y mantener las aguas calmas para poder ejecutar el programa de gobierno sin fisurar con el partido que lo sostiene. El presidente sabe que cualquier paso en falso con sus aliados puede debilitarlo prematuramente.
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