Partido Colorado
Cartistas y disidentes se enfrentarán en una reunión clave del Partido Colorado y Peña se ofrece como mediador
Cartes convocó de sorpresa una sesión extraordinaria para el miércoles en la cual el presidente presentará su programa de gobierno e intentará calmar las aguas. Expectativa por las renuncias a la Junta de Gobierno.

La noticia se dio a conocer este sábado por la tarde a través de una nota subida a redes sociales con la firma de Horacio Cartes. El presidente del Partido Colorado convocaba de formaba sorpresiva a una sesión extraordinaria de la Junta de Gobierno para el miércoles de la semana que viene, en la que se prevé que su sector y el que conduce Mario Abdo Benítez choquen por los suplentes del órgano encargado de dirigir la formación oficialista.

Los sectores disidentes, en su mayoría alineados con Abdo o críticos con Cartes, venían reclamando al titular del partido que llamase a una sesión después de casi un año de cruces entre las facciones internas y renuncias, que solo el triunfo de Santiago Peña en las presidenciales de abril logró atemperar por un tiempo. Como adelantó LPO, el mandatario se ve acorralado por propios y ajenos: marginó a los abdistas y dejó sin espacios en la administración a los convencionales que sumaron votos para su victoria.

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Tal vez por eso Cartes incluyó en el orden del día la presentación del programa de gobierno de Peña con todos sus ministros. El presidente aprovechará el encuentro partidario para vender los lineamientos para los próximos cinco años, que conjugan una suerte de desarrollismo con una rigurosidad fiscal en duda. La tramitación del presupuesto en el Congreso inquieta a los funcionarios y enerva a los leales a Abdo, a quienes el cartismo acusa de despilfarrar los recursos públicos durante la gestión pasada.

Horacio Cartes, presidente del Partido Colorado.

La presencia de Peña busca ser una garantía de confianza ante una sesión cargada de cuentas pendientes. Los abdistas reclamaron más de una vez la salida de Cartes, que en diciembre se hizo con la jefatura del partido con más de 148 mil votos de diferencia respecto a Abdo, en la antesala de la campaña para las presidenciales. Entonces decían que su presencia ponía en riesgo la situación financiera de la formación por las denuncias en su contra. Pero Cartes aguantó y la llegada de Peña a la presidencia de la República le confirmó en la cargo.

Cuando Cartes se hizo con el control del partido, Fernando Centurión, asesor político de Abdo, renunció como miembro titular de la Junta en protesta por la nueva conducción. A finales de enero se eligió a la comisión directiva, con una marcada mayoría cartista, y a las dos semanas Fuerza Republicana, la facción que responde a Abdo, ya estaba pidiendo que la Junta convocara a una sesión para interpelar al presidente del partido. Era una batalla perdida, aunque las aguas seguirían agitadas hasta estos días.

Los abdistas reclamaron más de una vez la salida de Cartes, que en diciembre se hizo con la jefatura del partido con más de 148 mil votos de diferencia respecto a Abdo en la antesala de la campaña presidencial

La sesión extraordinaria del miércoles oficializará las designaciones para la Junta, aprobará el cambio de nombre para las seccionales que los solicitaron, celebrará la incorporación de nuevos afiliados y tratará "asuntos varios", un punto tan críptico como potencialmente problemático. Es que las renuncias a la Junta abren la puerta a una confrontación sin resolver.

El exmandatario Mario Abdo Benítez.

En la sesión de enero, dirigentes disidentes como Nicanor Duarte Frutos y Lilian Samaniego, en ese momento oficialistas, denunciaron una campaña de acoso que endilgaron a Cartes y enturbió el clima del encuentro. Ahora desconfían de llamado a la extraordinaria, en la cual Peña puede optar por dar espacio a los abdistas o contentar a los suyos e imponer la mayoría cartista dentro del partido.

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Los últimos movimientos preanuncian una inclinación por la segunda opción. Una parte de la bancada de Fuerza Republicana anunció esta semana que conformaría un grupo independiente, que sus excompañeros denuncian como el paso previo a saltar a las filas del cartismo, mientras los disidentes denuncian la persecución del gobierno. Para ellos, la respuesta a las críticas internas es la señal de que ya no hay lugar dentro del Partido Colorado.

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