Desde que el pasado miércoles se confirmara la elección de Donald Trump como futuro presidente de los Estados Unidos, varios voceros del cartismo salieron festejarlo y a hablar de un lobby para levantar las sanciones conta Horacio Cartes. La sesión del Senado se llenó ese mismo día de gorros rojos y de remeras alusivas al reelecto expresidente.

El presidente del Congreso, Basilio "Bachi" Núñez, fue uno de los primeros en sugerir la posibilidad de revertir lo que calificó como una "persecución política" de la administración Biden. "Vamos a hacer el lobby correspondiente, con o sin autorización, para que sea revertida la injusticia que en su momento se cometió", dijo a ABC ese mismo día.

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Esta posición fue secundada por el líder de la bancada cartista en el senado, Natalicio Chase, quien precisó que el lobby sería encabezado por senadores de ese movimiento. "Hay formas, hay métodos diplomáticos y de gestión parlamentaria que van a llevarse adelante, seguramente cuando asuma como presidente de los Estados Unidos", dijo y aseguró que la cercanía de líneas políticas de ambos gobiernos "abre un abanico de oportunidades" para "corregir las injusticias".

Tenemos la esperanza de que se pueda revertir y que todas aquellas acusaciones falsas, porque son acusaciones falsas, llevadas desde acá (Paraguay) para allá (EEUU), puedan ser analizadas y revertidas

Esta misma línea fue mantenida por el secretario general de la Junta de Gobierno del Partido Colorado, Eduardo González, hombre de confianza de Cartes y asiduo visitante de su residencia. González resaltó la intención de Trump de " revisar todo lo que se ha hecho de mala manera, donde se ha utilizado el aparato estatal, del que él mismo fue víctima también. Tenemos la esperanza de que se pueda revertir y que todas aquellas acusaciones falsas, porque son acusaciones falsas, llevadas desde acá (Paraguay) para allá (EE.UU.), puedan ser analizadas y revertidas", dijo ayer a Ñandutí.

Donald Trump. 

Este discurso triunfalista choca, sin embargo, con una serie de hechos que vienen de décadas atrás. El primero de ellos es que las investigaciones norteamericanas contra Horacio Cartes fueron iniciadas ya en 2008 durante la administración del también republicano George Bush y reabierta justamente en el primer mandato de Trump.

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Entre 2008 y 2013, un hombre llamado Jason Carpenter se infiltró en la tabacalera de Cartes por orden del Buró de Alcohol, Tabaco y Explosivos (ATF), justo antes de que el actual presidente de la ANR fuera electo presidente de la República. Investigaciones periodísticas de la época mostraron que no solo la ATF se había infiltrado en las empresas del expresidente paraguayo, sino también la DEA y el FBI.

Esta investigación norteamericana, que dio pie a las posteriores sanciones contra Cartes, tuvieron una breve pausa durante el gobierno de este último, que coincidió con el gobierno del demócrata Barak Obama y reiniciaron a fines de 2016, meses antes del inicio del primer gobierno de Trump.

U obtenemos la plena cooperación de otros gobiernos para detener esta amenaza, o expondremos cada soborno, cada pago ilícito, cada compensación y cada rastro de corrupción que está permitiendo a los carteles mantener su brutal reinado

A esto se suman recientes declaraciones del futuro presidente norteamericano en un discurso emitido tras su victoria que habló de recrudecer la guerra contra los carteles de la droga, pero también contra los políticos corruptos.

Santiago Peña y Horacio Cartes.

Trump habló de utilizar toda la fuerza, incluso militar, financiera y tecnológica para una "guerra total" contra los carteles. "Desplegaré todos los activos militares necesarios, incluida la Marina de los EE. UU., para imponer el embargo naval total sobre los cárteles. Garantizaremos que las aguas del Hemisferio Occidental no se utilicen para el tráfico de drogas ilícitas a nuestro país", dijo.

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Con respecto a los políticos del continente, el mensaje también fue directo. "U obtenemos la plena cooperación de otros gobiernos para detener esta amenaza, o expondremos cada soborno, cada pago ilícito, cada compensación y cada rastro de corrupción que está permitiendo a los carteles mantener su brutal reinado", dijo.

En parte de su discurso, Trump criticó a la administración de su antecesor, Joe Biden, por haber debilitado la fuerza de sus fronteras y aseguró que durante su administración los traficantes no volverán a dormir tranquilos. Además, anticipó que pediría al Congreso de su país que se autorice la pena de muerte para ellos y para los traficantes de personas.