Ejecutivo
Alliana acumula poder y perfila su liderazgo, mientras Peña busca desactivar la crisis con la bancada colorada
El vicepresidente hace el trabajo político y construye un perfil propio. Rompe con el mote de "florero", mueve los hilos en Yacyretá y se acerca a ministros clave del gobierno.

Pedro Alliana es un dirigente experimentado que gobernó el departamento de Ã‘eembucú, lideró el Partido Colorado, presidió la Cámara de Diputados y ahora acompaña a Santiago Peña en el Ejecutivo, conformando un tándem político que le permite al presidente descansar en la gestión del día a día.

Las crisis que tiene que resolver Peña no son para nada simples. Entre ellas destacan la rebelión de los internos del penal de Tacumbú y las constantes amenazas de amotinamiento en otras penitenciarías. Un poco más atrás, el mandatario tuvo que respaldar a los armadores fluviales en su negativa a pagar el peaje en la hidrovia Paraguay-Paraná, arancel que el gobierno considera ilegal y que desató una pulseada con Argentina.

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Ahora Peña debe solucionar las movilizaciones de funcionarios de Itaipú, desvinculados por la cancelación de un concurso que defiende como legítimo. En paralelo, el vicepresidente trabaja con sigilo en la cohesión política, algo que no es usual en los segundos al mando. En otras palabras, Alliana se erige a sí mismo como una suerte de garante de la gobernabilidad, al tiempo que refuerza su propio liderazgo. 

Luis Benítez, director de la EBY.

Alliana ya demuestra su poder prematuramente tras ubicar a Luis Benítez a la cabeza de Yacyretá. El electo como diputado por el departamento de Ñeembucú abandonó su curul y en su lugar asumió Fabiana Souto, esposa de Alliana. El número dos del Ejecutivo tiene a un hombre de su confianza al frente de la hidroeléctrica, una posición clave en momentos en que la EBY se ha convertido en una herramienta de presión para confrontar con el gobierno argentino.

Nicanor Duarte Frutos salió al cruce de la gestión actual, pero criticando más a Alliana que a Benítez, demostrando así que en el coloradismo está claro quién maneja la binacional

Durante la crisis de la hidrovía y el retiro del 100% de la energía paraguaya de Yacyretá no fue Peña, sino Alliana, quien anunciaba si las negociaciones entre ambos países llegaban o no a buen puerto. Dio un paso al frente mientras Peña estaba de gira por Nueva York, y administró una estrategia de confrontación directa y apaciguamiento con su socio de la EBY, lo que lo catapultó a un rol protagónico poco usual para un vicepresidente.

En este periodo las cabezas de ministerios e instituciones importantes denunciaron el desfalco financiero que dejó Mario Abdo Benítez. La EBY no fue la excepción y como respuesta, el exdirector Nicanor Duarte Frutos salió al cruce de la gestión actual, pero criticando más a Alliana que a Benítez, demostrando así que en el coloradismo está claro quién maneja la binacional.

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Otra de las crisis que tuvo que afrontar Peña fue el intento de derogación del acuerdo con la Unión Europea para la cooperación económica en alimentación escolar. Paraguay estuvo a punto de perder 38 millones de euros para educación por la radicalización del discurso antiderechos de Honor Colorado, que desde su campaña electoral comenzó a dirigirse a un electorado ultra conservador.

El canciller Rubén Ramírez Lezcano. 

 En ese marco, Alliana hizo lobby en ambas cámaras para cambiar la redacción del acuerdo y proponer a la Cancillería negociar un nuevo texto con Bruselas. A último momento, salvó la situación, disciplinó a los cartistas y le dio oxígeno al ministro Rubén Ramírez Lezcano, quien debía poner la cara ante los europeos. 

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Con todo ese conflicto y el ridículo que representa el cambio de texto, igualmente Alliana terminó encabezando reuniones con el ministro de Educación, Luis Ramírez, que no adhiere a la línea fundamentalista de la mayoría de la bancada cartista y nunca salió a posicionarse a favor de la derogación de la donación de la UE. Aparentemente, el vicepresidente puede marcar la cancha a los ministros que no pertenecen al círculo partidario, quienes a pesar de contar con el respaldo de Horacio Cartes, apenas son tolerados de parte de las bases de la ANR.

Alliana es un cuadro político que se forjó con algo de autonomía. Es un hombre fiel a Cartes, pero fue presidente de la ANR y, a diferencia de Peña, cuenta con un liderazgo regional y una proyección que le permite posicionarse como un posible relevo del presidente en las próximas presidenciales. 

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