En el Gobierno no pasaron desapercibidos los escraches al presidente en lugares públicos, un signo del desgaste prematuro para una administración a la que todavÃa le queda un largo recorrido. La aprobación exprés de la ley que crea la superintendencia de jubilaciones y pensiones, aunque modificada sobre la marcha, fue recibida con escepticismo por las idas y venidas del ministro de EconomÃa, Juan Carlos Valdovinos, y parte de la bancada oficialista. Por eso Santiago Peña se prepara para relanzar su gestión.
Mientras las fuerzas policiales y militares avanzaban en el penal de Tacumbú, el presidente recibÃa en Mburuvicha Róga al ministro de Vivienda, Juan Carlos Baruja, uno de los funcionarios clave en la nueva etapa que se avecina. Peña le pidió expresamente que metiera el acelerador en el programa de viviendas que se inspira en "Minha Casa, Minha Vida", el plan habitacional estrella del PT en Brasil, que Paraguay se llama "Che Róga Porã", y que será una pieza fundamental de la baterÃa de medidas sociales que ultima el Ejecutivo.
Santi manda a Baruja a copiar el programa estrella de vivienda del PT
El programa busca garantizar el acceso a la vivienda con créditos a 30 años con una tasa de interés anual del 6,5 por ciento. Tras el encuentro con Peña, Baruja anunció que hay siete mil casas en construcción, que además generarán puestos de trabajo, otro de los objetivos del Gobierno para los próximos cuatro años. El presidente prometió crear medio millón de empleos, una meta ambiciosa para una economÃa primarizada, poco dinámica y con menos inversiones extrajeras de las que Peña espera recibir en su mandato.
Pese al afán centralizador, el presidente les encomendó a los gobernadores que salgan a buscar inversiones. Desde la oposición, hasta el jefe departamental de Central, Ricardo Estigarribia, se anotó en la misión, por los mismos propósitos polÃticos que Peña. El oficialismo confÃa en que la ruta Alberdi-Pilar puede atraer capitales al departamento fronterizo de Ñeembucú, sobre todo a través del sistema de maquila, ponderado por el presidente.
Es el mismo modelo que el gobernador de Alto Paraná, César "Landy" Torres, tiene en mente para su terruño. La semana pasada reveló que las conversaciones con empresarios del estado brasileño de Paraná están avanzadas para el desembarco de empresas para la industrialización de materias primas. El Ministerio de Industria y Comercio informó que durante el primer semestre de este año las maquiladoras generaron casi 33 mil puestos de trabajo entre directos e indirectos. Es un número modesto para los propios objetivos de Peña.
Pero el Gobierno tiene que atender a los sectores más vulnerables. Apenas iniciado su mandato, el presidente aumentó en un 25 por ciento las transferencias del programa Tekoporã Mbarete, directo al bolsillo de los beneficiarios, que expresa mejor que cualquier otra iniciativa el perfil social de la actual administración. Según fuentes oficiales, podrÃa haber un reajuste a las cuotas del programa en 2024, siempre que no interfiera con la lÃnea de rigurosidad fiscal que plantearon Peña y Valdovinos ni bien entraron al Palacio de López.
El Senado acaba de transferir a la órbita del Ejecutivo el programa de pensión alimentaria para adultos mayores en situación de vulnerabilidad social, que pasará a manos de los ministerios de EconomÃa y Desarrollo Social, para asegurar una fiscalización más eficiente del gasto y una mayor focalización. Peña también encargó al gabinete social que elaborase un registro único de beneficiarios, primer paso para concentrar los programas dirigidos a mujeres, niños y adolescentes, comunidades indÃgenas y personas con discapacidad.
Peña también comprometió a los directivos de Itaipú y Yacyretá en los programas sociales oficiales. El presidente quiere coordinación (el gabinete social irá ganando dimensión dentro del Gobierno), capacitación y recursos financieros. En parte, el Ejecutivo atará su suerte a la pata social que sintonice con el electorado histórico de la ANR.
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