En un gesto a Israel y a los sectores más radicales de EEUU, Santi Peña le prometió este martes al primer ministro israelÃ, BenjamÃn Netanyahu, que mudará la embajada de Paraguay a Jerusalén. Se trata de una promesa de campaña y el capÃtulo final de una crisis bilateral que se abrió bajo el gobierno de Mario Abdo BenÃtez, que se negó a trasladar la sede diplomática desde Tel Aviv.
"Agradecido por la decisión de Paraguay de regresar su embajada a Jerusalén antes de fin de año. Al mismo tiempo, Israel reabrirá su embajada en la capital paraguaya de Asunción", escribió Netanyahu en X. Israel habÃa cerrado su embajada en Asunción en 2018 luego de que Abdo diera marcha atrás con la medida adoptada por Horacio Cartes en el tramo final de su gobierno.
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Solo EEUU, durante los años de Donald Trump, Guatemala, la Honduras del expresidente Juan Orlando Hernández y Kosovo, un paÃs de reconocimiento limitado, tienen sus sedes diplomáticas en Jerusalén. El derecho internacional considera que la ciudad está bajo ocupación israelà y es parte central del conflicto con los palestinos, y el Consejo de Seguridad de la ONU recomendó a los paÃses que emplazaran sus embajadas en Tel Aviv, segunda ciudad y capital de facto de Israel.
Pero los israelÃes dicen que Jerusalén es su "capital eterna e indivisible" y Netanyahu consiguió que Trump, y más tarde Cartes, desoyeran a la ONU y reconocieran el estatus polÃtico de la ciudad al trasladar sus embajadas. Pese a que Joe Biden matizó la postura proisraelà de la administración republicana, la embajada estadounidense permanece en Jerusalén.
"Nosotros decimos que nuestra capital es Asunción, es lo que decidimos. Entonces, yo no cuestiono la soberanÃa de Israel de definir a su propia capital", se defendió Peña antes de jurar el cargo y tras un encuentro con Yoed Magen, el embajador concurrente en Paraguay desde Uruguay, a principios de junio. De esta forma, el presidente se alineó sin cuestionamientos a la postura de Netanyahu.
La decisión de Peña se da en un momento delicado porque Israel está entrando en una etapa de degradación institucional, con Netanyahu y sus aliados ultranacionalistas intentando asaltar la Corte Suprema, último bastión frente a la deriva polÃtica que atraviesa el paÃs de Oriente Próximo, con masivas protestas semanales y los elementos más extremistas de la coalición de gobierno reforzando la violencia contra los palestinos, algo que incomoda a la administración Biden.
Sin embargo, para el gobierno paraguayo vale la pena correr el riesgo. Israel suspendió los programas de cooperación y enfrió la relación con Paraguay, histórico aliado de EEUU y, transitivamente, del paÃs que hoy conduce Peña. Un tÃmido deshielo se dio cuando Abdo reconoció a la organización armada palestina de Hamas como una organización terrorista. Pero el exmandatario, sea por prudencia o por su origen árabe, rechazó mover la embajada de Tel Aviv.
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Lo cierto es que Cartes habÃa tomado la decisión sin consultarle a Abdo, ya electo, guiado por su buena sintonÃa con Netanyahu, el hombre fuerte de la polÃtica de Israel, y la relación de HC Innovation, proyecto empresarial del lÃder del Partido Colorado, con la Universidad Hebrea de Jerusalén. Con todo, el vÃnculo que EEUU le endilgó a Cartes con la milicia terrorista de Hezbolah desconcertó a Israel.
Para Paraguay, Israel es un mercado tentador para exportar carne y soja e importar tecnologÃa y armamento, aunque también un aliado que lo acerque a EEUU. Eso explica por qué Peña le prometió a Netanyahu que reabrirÃa la embajada antes de fin de año. Peña y Rubén RamÃrez Lezcano lo ven como un éxito diplomático, más allá de los riesgos que conlleva sacudir el status quo en una región explosiva.
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