El presidente del club Resistencia de la Chacarita, Roberto Garcete Cano, seguirá en prisión domiciliaria por decisión del juez de Delitos Economicos, Rodrigo Estigarribia. La resolución judicial también afecta a su esposa, Lidia Cano, por supuesta complicidad en el caso de usura y lavado de dinero del conocido dirigente deportivo y exmiembro de la Asociación Paraguaya de Fútbol, Ramón González Daher.
Del entramado delectivo también participaba su hermano, el polémico senador colorado, ya fallecido, Óscar González Daher. El clan controló Luque como su feudo polÃtico por más de 30 años. El esquema se basaba en la extorsión a familias que eran beneficiadas con préstamos millonarios a intereses del 100%.
Cuando el plazo para devolver el dinero se cumplÃa y los deudores acudÃan a pagar, los González Daher y sus referentes no se dejaban encontrar. Entonces, una vez vencido el plazo, se apropiaban de los inmuebles. En ese sistema fue acusado el dirigente chacariteño y su familia. Los mismos fueron señalados como cómplices por un testigo de nombre Miguel Britos durante el juicio oral y público en el cual resultó condenado González Daher.
El juez sostuvo que aún no se ha presentado el requerimiento conclusivo en el caso y que la fiscal Belinda Bobadilla no manifestó su cambio de postura en cuanto a la medida a ser aplicada, por lo que Garcete Cano seguirá bajo el régimen de domiciliaria.
En su momento, Luis Said, fiscal que atendÃa la causa, imputó a la familia de Cano (Roberto Daniel Garcete, Roberto Alejandro Cano, Lidia Concepción Cano y Fabiana Soledad Cano) y a la escribana MarÃa de Lourdes Duartes Franco por un perjuicio de 1.500 millones de guaranÃes.
Britos pidió al presidente de Resistencia un préstamo de 200 millones de guaranÃes. Un año después, logró abonar 1.000 millones de guaranÃes, es decir, el 500% de los intereses acordados. DÃas después lo citaron a una reunión en un edificio de Asunción, de la que participó González Daher, quien lo intimó a entregar las llaves de su casa a pesar de haber pagado el préstamo.
Sin embargo, le dieron una oportunidad para solucionar la situación si se comprometÃa a pagar cuatro cheques de 534 millones de guaranÃes cada uno, pero Britos se negó. Meses después supo que su casa estaba a nombre del dirigente de Garcete Cano. La defensa del dirigente deportivo denunció una persecución y pidió el arresto de Britos por falso testimonio.
Garcete está imputado por los supuestos delitos de usura, lavado de dinero, producción inmediata de documentos públicos de contenido falso, producción mediata y uso de documentos públicos de contenido falso y asociación criminal
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