Para evitar un inminente conflicto judicial con el consorcio WRT (Webuild-Rovella-Tecnoedil) por rescisión de contrato, Luis Benítez, director paraguayo de la Entidad Binacional Yacyretá, acordó retomar las obras del brazo de Aña Cuá con la promesa de renegociar un aumento en la inversión, que hasta la fecha contempla unos USD 180 millones del presupuesto inicial, ya destinados al proyecto.

La administración política de la EBY se encuentra en manos del vicepresidente Pedro Alliana, quien presiona por el avance de las obras con la mira puesta en la segunda mitad del año que viene, cuando se realicen las internas partidarias de cara a las municipales. El Gobierno quiere poner a funcionar la primera turbina de Aña Cuá para entonces y así disponer de ganancias que le permitan hacer frente a la campaña de octubre de 2026.

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Las obras estaban suspendidas desde hacía más de un año debido a los inconvenientes financieros del consorcio Aña Cuá ART, integrado por las empresas Astaldi, Rovella Carranza y Tecnoedil, que motivaron la presentación de una solicitud de aumento del presupuesto y la suspensión del proyecto de manera unilateral.

 La crisis fue subestimada por ambas márgenes de la hidroeléctrica, si bien la maquinización del brazo Aña Cuá del río Paraná -que consiste en tres turbinas para incrementar la potencia- es clave para aumentar la generación de energía en un 10%. Alliana celebró esta semana la reanudación de las obras, que darán empleo a más de mil personas, según la EBY. 

Félix Sosa y Pedro Alliana.

La situación había empeorado tras conocerse la orden de Javier Milei de frenar toda obra pública que no tuviera respaldo financiero. La posición del presidente argentino tuvo consecuencias directas en la continuación del proyecto y en la renegociación misma. El parate produjo entonces consecuencias inmediatas y aceleró el despido de más de 450 obreros paraguayos y un número similar del lado argentino.

Pero luego de varios meses de silencio, y tras alcanzar un acuerdo sobre la tarifa fija (que establece un costo para la energía que produce la hidroeléctrica y garantiza unos USD 18 millones mensuales para gastos operativos de la entidad), la EBY aseguró los recursos necesarios para pedirle a la contratista que "se adecue a la situación económica" y reinicie las obras en Aña Cuá.

La posición de Javier Milei tuvo consecuencias directas en la continuación del proyecto y en la renegociación misma. El parate produjo entonces consecuencias inmediatas y aceleró el despido de más de 450 obreros paraguayos y un número similar del lado argentino

Con el acuerdo ya firmado, Argentina pagará su parte de los costos de funcionamiento de la hidroeléctrica -que financiarán en parte las obras para la maquinización- y del suministro energético. La tarifa quedó establecida en USD 28 por megavatio-hora (MWh), que regirá por los próximos cinco años para la ANDE y la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico SA (Cammensa), como adelantó LPO en enero pasado.

Javier Milei.

LPO Juan Casas

Datos de la binacional dijeron a este medio que el reinicio de las obras fue producto de "largas negociaciones" para evitar una rescisión de contrato y, por ende, el pago de demandas que podrían haber agudizado la situación financiera de la entidad. "Fue una gestión de la dirección. Un trabajo de negociación de largo alcance. Un esfuerzo de los sectores jurídico y financiero y de la gerencia de Aña Cuá para que la contratista se adecue a las condiciones e inicie los trabajos", puntualizó un funcionario de la EBY.

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La reanudación del proyecto por parte del consorcio WTR, conformado por empresas de Italia, Argentina y Paraguay, se da bajo el compromiso de que la ampliación presupuestaria sea analizada. Actualmente existe un faltante de alrededor de USD 450 millones que deberán ser desembolsados a la brevedad para reiniciar los trabajos y concluir la maquinización.

El proyecto contará con una línea de transmisión de energía de 500 Kv que vincula la playa de maniobras de Aña Cuá con la central de Yacyretá. Con la puesta en marcha de las tres nuevas turbinas se estima que se facturarán alrededor de USD 6 millones, con la generación de 2000 Gw/hora adicionales por año, que se sumarán a los 20.000 que producen las 20 turbinas de la central principal de Yacyretá.