
El senador liberal Enrique Salyn Buzarquis volvió a generar reacciones en el oficialismo, esta vez por criticar duramente a la CompañÃa Paraguaya de Alcoholes SA (Capasa), liderada por José Ocampos, un hombre conocido por su cercanÃa con el expresidente Horacio Cartes. Buzarquis aseguró que, si de él dependiera, cerrarÃa "de un plumazo" la empresa estatal por considerarla inútil para el Estado y por recibir recursos sin justificar su funcionamiento.
Ante estas declaraciones, el presidente de Capasa salió al cruce y defendió la gestión de la empresa. "Capasa trabajó de forma distinta estos 14 meses, con patriotismo, sin recibir un guaranà del Estado paraguayo. Vivimos de nuestros ingresos, no de impuestos. Le invito a Capasa para que vea lo que 200 humildes obreros, que se creÃan olvidados, pueden hacer cuando se tiene fe en ellos", dijo Ocampos, en lÃnea con su habitual arenga religiosa.
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El titular de la empresa estatal destacó además que, por primera vez en muchos años, Capasa no genera costos al erario público ni depende de préstamos. "A Capasa nunca la dejaron competir, se ensañaron con ella, y estamos curando sus heridas. De a poco va mostrando su musculatura", apuntó.
Ocampos, quien además de presidir Capasa es docente y activo en redes sociales, se forjó un lugar en el panteón del cartismo más duro. Sus posturas polÃticas alineadas a figuras como las de AgustÃn Laje y Nicolás Márquez lo ubican en un espacio de alta exposición dentro del oficialismo. Autodenominado "antiglobalista", Ocampos brindó charlas sobre temas como la "ideologÃa de género" y el "marxismo cultural", además de posicionarse prácticamente como un anticomunista acérrimo.
En el ámbito polÃtico, Ocampos se mantuvo en la mira no solo por su labor en Capasa, sino también por su participación en la Comisión Bicameral de Investigación antilavado, donde ofreció opiniones controversiales. Durante su comparecencia, cargó contra el derecho al aborto, la "ideologÃa de género" y la pedofilia, pero evitó profundizar en el supuesto rol de las ONG en el lavado de dinero, motivo por el cual fue convocado por los senadores Gustavo Leite y Dionisio Amarilla.
El cruce entre Buzarquis y Ocampos no es el primero que envuelve a Capasa en el debate polÃtico. Mientras que desde algunos sectores liberales se cuestiona la utilidad de la empresa, Ocampos insiste en que su gestión es un ejemplo de independencia financiera y compromiso con los trabajadores.
La situación de las empresas estatales, como Capasa, Ferrocarriles del Paraguay o Copaco, genera una oportunidad para los opositores, quienes exigen más transparencia en los manejos y resultados concretos. Este año, además, Capasa consiguió exportar su caña Aristócrata a clientes en Europa, Argentina y Bolivia. "Todo lo que hemos logrado, incluida una nueva lÃnea de producción, fue gracias al esfuerzo de los funcionarios y a las ventas de nuestros productos. Somos un ejemplo de que una empresa pública puede ser competitiva, igual o más que una privada", disparó Ocampos.
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