
Los cálculos hasta ahora no cierran. Desde el oficialismo no paran las denuncias sobre la enorme deuda que dejó el gobierno de Mario Abdo, que conflictúa a su vez con la promesa de su sucesor, Santiago Peña, de no aumentar impuestos pero sin dar opciones de recaudación. Lo cierto es que no hay una propuesta concreta de cómo el Paraguay podrÃa generar ingresos y el discurso cartista solo se concentra en la reducción del gasto público o achicamiento del Estado.
Mañana miércoles se conformará la Comisión Bicameral, encargada de estudiar el presupuesto que será remitido por el Ejecutivo, especÃficamente por el Ministerio de Hacienda, el 1 de septiembre. El déficit fiscal es de 3,5%, y al final del año se espera que llegue a 5%. El ministro del área, Carlos Fernández Valdovinos, anunció que el objetivo es bajar al tope, es decir, 1,5% del PIB.
Sin embargo, no hay seguridad de que esto se dé sin que el Estado recurra a un nuevo préstamo. El presidente del Congreso, Silvio Ovelar, puso como escenario ideal que en el análisis primara la "sensatez" para no exceder los lÃmites, pero no descartó un crédito internacional, lo que se definirá al momento de estudiar el presupuesto, para cubrir las necesidades básicas.
La deuda pública tuvo un crecimiento exponencial en los últimos años, desde el gobierno de Horacio Cartes. Al 2022, alcanzó 15.000 millones de dólares, se superó el 37% del producto interno bruto (PIB). Dentro de ese monto, el Estado paraguayo tiene una deuda interna de más de 550 millones de dólares con farmacéuticas y vialeras.
Fernández Valdovinos prometió estabilidad y previsibilidad, apoyo a la tecnologÃa para la administración pública y una reingenierÃa de las instituciones del Estado. En ese marco, tampoco se dio claridad si los funcionarios estarÃan pagando los costos de este achicamiento. El senador cartista Basilio Núñez ya anunció el recorte de 30.000 trabajadores estatales, aunque no fue una propuesta seria.
"Nos enfrentamos ante un escenario complejo, pero mantenemos vigente nuestro compromiso de responder a las necesidades de nuestros compatriotas y debemos utilizar todas las herramientas de polÃtica a nuestra disposición para lograr una total recuperación económica y mejorar rápidamente el bolsillo de la gente, desde el Ministerio de Hacienda contamos con la polÃtica fiscal, un instrumento fundamental para el manejo de la economÃa", resaltó el ministro de Hacienda.
Varios analistas polÃticos y economistas se mostraron contrarios al modelo que propone el nuevo gobierno cartista en cuanto a polÃtica tributaria.
Para el politólogo Marcello Lachi los polÃticos en Paraguay representan, no a la clase media ni baja, sino a los más ricos, como empresarios, y calificó a este sector de la población como una clase sin visión de futuro, por lo que se rehúsan a pagar impuestos. Señaló que es imposible financiar el desarrollo y garantizar los servicios públicos como la salud o la educación solo con la reducción del gasto.
"No tenemos el dinero para construir el Estado, y la plata existe, solo que está en los bolsillos de quien en verdad no necesita toda esa riqueza, y se compran departamentos en Miami. No dejan plata en el Estado. Tenemos una clase alta que no quiere pagar impuestos, que ayudará a construir un Estado eficiente que en realidad les convendrÃa a ellos porque se tendrÃa un sistema de salud y educación mejor", expresó Lachi.
Paraguay se ubica en el último lugar en la región en crecimiento económico, con solo 0,2% en 2022.
La economista Verónica Serafini sostiene que este gobierno no puede recargar el costo de la deuda a la población que no se benefició con ella y que en su mayorÃa vive en condiciones precarias o vulnerables. "La sostenibilidad de la deuda no debe darse a costa del bienestar de la mayorÃa. Los indicadores de la deuda están mostrando riesgos de insostenibilidad desde hace años, demostrado en parte por la necesidad de contraer deuda para pagar deuda. La historia económica nos muestra que la sostenibilidad tiene altos costos para la sociedad ya sea porque se realizan ajustes a costa de las inversiones que necesita la ciudadanÃa, al aumento de impuestos injustos como el IVA o al traslado del pago de la deuda a las generaciones futuras. Adicionalmente, las obras financiadas con el endeudamiento no tienen necesariamente efectos multiplicadores de amplio alcance en la población", concluyó Serafini.
Queda pendiente una respuesta del nuevo gobierno sobre cuáles serán las medidas para "el resurgir de un gigante" y cuánto será el beneficio real de la población.
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