
El precio de la carne se mantiene al alza desde hace unos meses. Generalmente, el aumento se registra a fin de año y luego vuelve a bajar, pero hasta el momento no se dio ninguna variación a la baja, por lo que la Comisión Nacional de la Competencia (Conacom) monitorea la situación en el mercado local.
A pesar del precio en las góndolas y la apertura de nuevos mercados para la exportación, los ganaderos siguen cuestionando a los frigorÃficos, sobre todo por la distorsión en el mercado y la concentración en manos de unas pocas empresas que obtienen mayores ganancias.
La puja entre frigorÃficos y ganaderos continúa y parece no tener fin. Los productores alegan que la falta de libre competencia impide que los precios reflejen la verdadera oferta y demanda, algo que perjudica a los productores y, en última instancia, a los consumidores.
La Asociación Rural del Paraguay (ARP) se pronunció sobre el incremento del precio de la carne de hasta un 30%, cuando en realidad los productores no reciben nada de este beneficio e incluso no tienen ninguna incidencia en la fijación de costos, por lo que responsabilizan de lleno a los frigorÃficos.
Los ganaderos cuestionan también el modelo de concentración en el sector. Las consecuencias, dicen, son evidentes: los productores reciben menos dinero, los consumidores terminan pagando más y los intermediarios obtienen mayores ganancias.
"Estamos monitoreando el comportamiento de los precios. La Conacom puede abrir expedientes de oficio o por denuncias. Esto puede tener dos consecuencias, si no hay indicios, se dispone el cierre del expediente preliminar y si hay, se abre un sumario de investigación", apuntó Ricardo Gavilán, director de Investigación de la Conacom.
A la crisis climática a causa de la sequÃa y otros factores que inciden en la suba del precio se suma la creciente demanda de carne paraguaya en los mercados internacionales, particularmente en Asia y Europa, lo que redujo la oferta en el mercado interno y presiona los precios al alza.
Paraguay, reconocido por la calidad de su carne vacuna, priorizó las exportaciones para mantener su competitividad global, pero este enfoque genera tensiones en el mercado local, porque la proteÃna roja se mantiene alto para los consumidores finales.
El impacto de esta suba se siente con fuerza en los hogares de ingresos medios y bajos, donde la carne representa un alimento básico. Ante esta situación, el Gobierno y las asociaciones ganaderas analizan medidas para estabilizar los precios y garantizar el acceso al producto.
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Por el lado de los ganaderos, la solución que ofrecen para llegar a un precio justo es la creación de un Instituto Nacional de la Carne, con representación de varios sectores y una lÃnea de trabajo con sustentos técnicos para que la trazabilidad de los costos esté abierta a todos y asà no se puedan marcar precios artificiales.
Sin embargo, la iniciativa es rechazada por los frigorÃficos porque consideran que se estarÃa regulando el mercado y, si se vieran obligados a bajar sus precios de venta, saldrÃan perdiendo margen, siendo tomadores de precios internacionales.
Además, independientemente a estos problemas, la polÃtica del Gobierno de Donald Trump representa una amenaza para la exportación, ya que la administración republicana defiende un modelo proteccionista a través de aranceles a los productos importados, como sucede con México y Canadá, entre otro paÃses.
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