Todo indica que el gobernador de Cordillera, Denis Lichi, y exviceministro de Salud, Miguel Olmedo, sellaron una suerte de paz para bloquear el crecimiento de Diego Riveros, intendente de Caacupé. De acuerdo a los propios dirigentes cartistas, el liberal representa un desafío a la continuidad de la administración colorada en el departamento.

Los cartistas de Cordillera están convencidos de que sin unidad pueden regalarle una victoria a la oposición, hoy liderada por figuras del PLRA como Riveros y exparlamentario Amado Florentín. Tampoco descartan el poder de fuego del presidente del Partido Liberal y exgobernador Hugo Fleitas, a pesar de haber sufrido un apagón en sus fuerzas.

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Este mediodía, Rodrigo Nicora, ministro de Justicia, recibió a los dos líderes del departamento en su despacho para atender la solicitud de espacios en la nueva penitenciaría de Emboscada para la dirigencia. La reunión quedó plasmada en una foto que causó la sorpresa de propios y extraños por la rivalidad que mantenían hasta ahora.

Debemos ser bien sinceros: si vamos a las municipales con esta división, el partido puede volver a perder muchas intendencias. Solo seis de las 20 están en manos de colorados

"Me parece muy bien que exista ese acercamiento entre ellos. Debemos ser bien sinceros: si vamos a las municipales con esta división, el partido puede volver a perder muchas intendencias. Solo seis de las 20 están en manos de colorados", dijo a LPO un referente del equipo de Olmedo.

Diego Riveros, intendente de Caacupé.

Por otro lado, los colorados consideraron que la foto constituye un mensaje político en un momento en el que todos los pedidos del departamento fueron trancados, tanto los del grupo de Olmedo como los de Lichi y el diputado Hugo Meza, en particular en los ministerios de Salud, Obras Públicas y Educación.

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"Todo está trancado. Ojalá que con esta foto se puedan liberar algunos cupos para la dirigencia. Los pocos que salían eran de Fuerza Republicana, pero para el equipo de Olmedo nada", describió otro referente de Olmedo, en alusión a la afiliación del gobernador, que pasó del abdismo a las filas cartistas.

En Cordillera existen varios grupos fuertes dentro del cartismo, el del exsenador Julio Quiñónez es uno de ellos, menos estridente que los de Olmedo y Lichi, que actúa en tándem con Meza. La dirigencia cartista valoró que el acercamiento se diera con el gobernador y no con el diputado, de quien no tienen las mejores referencias.