
Los últimos acontecimientos polÃticos, entre los que destacan las sospechas de vÃnculos con el crimen organizado de un funcionario de la SecretarÃa Nacional Antidrogas (Senad) comisionado a la cámara de Diputados o la red criminal atacada en el operativo "A Ultranza Py" con el senador cartista Erico Galeano, levantaron las alarmas en la oposición.
Hace tiempo que el temor viene creciendo entre legisladores no oficialistas que desde la llegada del nuevo gobierno empezaron a adoptar mayores resguardos en cuanto a la seguridad en sus comunicaciones.
Varias fuentes parlamentarias habÃan referido a este medio que preferÃan guardar el anonimato en sus expresiones, incluso otros preferÃan no expresarse por teléfono, antentas a la posibilidad siempre latente de los tradicionales "pinchazos" telefónicos, una costumbre de larga data en la polÃtica paraguaya, pero a la que la clase polÃtica parecÃa haberle perdido el miedo.
El diputado Raúl BenÃtez (Partido Encuentro Nacional) lo expresó de manera pública al referirse a la presencia del exdirector de Inteligencia Técnica de la Senad, Mauro Ruiz DÃaz Vallejos, como comisionado en la cámara baja, al señalar que no descartaba que su remisión a ese lugar tenga que ver con llevar adelante ese tipo de prácticas en la comunicación de los diputados.
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Incluso señaló que desde su arribo a la cámara viene sufriendo todo tipo de amenazas y aprietes. "El 'tenés que callarte más', 'hablá más despacio', 'atendé lo que decÃs', 'te vamos a cobrar', son parte del dÃa a dÃa", dijo BenÃtez. El diputado recordó que eso fue lo que se vivió cuando se decidió la expulsión de Kattya González del Senado. En aquella oportunidad, su sucesor, Ignacio Iramain dijo que ella habÃa corrido "riesgo de vida" y que el cartismo solo habÃa decidido que "todavÃa no era oportuna la muerte fÃsica".
Esas expresiones coinciden con lo expresado este viernes por la senadora Yolanda Paredes (Cruzada Nacional), quien dijo que sentÃa verdadero temor por su propia seguridad al saber que tenÃan entre ellos a una persona como Galeano, a quien la FiscalÃa sindica con nexos con el crimen organizado y el narcotráfico.
Paredes aseguró que los pocos senadores que aún mantienen la lÃnea opositora están en estado de alarma ante la inseguridad del terreno donde están pisando. "No sabemos si tenemos micrófonos en nuestras oficias, si no estamos siendo monitoreados por escuchas de Senad. El ambiente laboral que tenemos es muy pesado", confesó.
El mes pasado, la senadora Celeste Amarilla habÃa confesado haber llegado a un pacto de no agresión con Bachi Núñez, lÃder de la bancada cartista y futuro presidente del Congreso por el que se habÃa comprometido a "baja los decibeles" para no "terminar como Kattya". Pese a eso, Amarilla habÃa prometido "no dejar de pelear".
Hace tiempo que varios legisladores manejaban, aunque con sigilo, la versión de que equipos de inteligencia de la Senad estaban operando en el Congreso, algo que con para ellos cobró mayor verosimilitud ayer, con la confirmación de la presencia de Ruiz DÃaz, que cumplÃa funciones en una dependencia dirigida por el diputado cartista Carlos Godoy.
Este último habÃa sido mencionado en un informe de inteligencia financiera agregado al reporte de la Comisión Bicameral de Investigación (CBI), que analizó el caso Messer y el lavado de dinero como parte del esquema de contrabando de cigarrillos de Tabesa (vinculada a Cartes).
En comunicación con LPO, varios legisladores habÃan contado anteriormente estos aprietes, ofertas de dinero y asegurado que eran conscientes que la negativa a aceptar "arrodillarse" al cartismo traerÃa consecuencias, ya sea amenazas de expulsión, como el caso del senador LÃder Amarilla, o incluso contra su integridad fÃsica.
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