
La decisión polÃtica que hizo más evidente la contradicción en la gestión de Raúl Latorre ya está próxima a ser concretada. El diputado anunció que será lanzado el concurso para contratar a 50 jóvenes en la cámara que preside, una reacción a la marca impopular más grande de este gobierno, que es el ingreso de los hijos de polÃticos oficialistas a instituciones del Estado.
El llamado fue la medida para solapar la crisis polÃtica que generaron los conocidos como nepo babies, la mayorÃa en la Cámara de Diputados, contratados con la firma de Latorre por ser hijos de autoridades. El concurso no será por una necesidad de la institución de tener más funcionarios, sino para dar la respuesta de que esta vez sà habrá "méritos", para compensar la indignación y los cuestionamientos de la ciudadanÃa que reclamó la desigualdad.
"Cumpliendo lo prometido, hemos concluido la etapa preparatoria para el lanzamiento oficial del concurso público de méritos para cincuenta puestos en la Cámara de Diputados. La próxima semana estaremos anunciando los detalles en una conferencia de prensa", comunicó Latorre.
Todos los polémicos contratados no obstante continúan en la institución o fueron traslados, como los hijos de Pedro Alliana, de Roya Torres, de Mino Adorno, además de esposas, nueras y otros parientes. El único que renunció fue Alejandro Ovelar, hijo del senador Beto Ovelar.
El concurso será para cargos en el área de salud, educación y seguridad, aunque no se conocen más detalles.
El escándalo de los nepo babies ya no es una crisis vigente para el gobierno, pero en los primeros meses de la gestión de Santiago Peña significó no solo un problema de popularidad sino también de conflictos entre las bases del Partido Colorado. La exposición de los diferentes casos generó un quiebre interno y protestas. Militantes colorados en cargos públicos culparon a los principales cuadros del partido por la polémica desatada en el Legislativo.
Para Peña la causa del problema era la falta de reglas claras que se solucionaba con la ley del servicio civil que impulsó este año. Atribuyó el asunto a un conflicto moral y ético que lleva al nepotismo o tráfico de influencias. No se refirió al problema sistémico del Partido Colorado, que normalizó el modelo clientelar como forma de conseguir empleo y ubicar a leales y parientes en el Estado.
Por su parte, Latorre recibió la crisis como un golpe a su gestión ya que quedó expuesto. El diputado quiere llegar con la imagen limpia a las elecciones para no verse afectado en sus aspiraciones de cargos más elevados.
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