La denuncia que hizo Santiago Peña sobre la extorsión que recibió de parte de legisladores propios y de la oposición para aprobar aumentos salariales todavía genera roncha y algunos piden que sea más claro y los identifique. En algunos casos hasta plantean que el presidente recurra a la Fiscalía. 

Peña quedó enredado por sus propios dichos y de momento sigue mal parado, además de tener que soportar las incomodidades que hoy son notorias en Honor Colorado. El presidente presentó la adenda para que los salarios de diputados y senadores aumentasen en G. 5.500.000 desde el año que viene, ya que los congresistas no tenían un reajuste salarial hace más de diez años. 

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Opiniones como la del jefe de la bancada cartista en el Senado, Basilio "Bachi" Núñez, y la del presidente de Diputados, Raúl Latorre, que había expresado que los legisladores deberían ganar mejor para no robar, entre otras defensas similares que tuvo la adenda, no hicieron más que enfurecer a sindicatos docentes y de la salud, porque mientras la dirigencia podía autoasignarse un incremento salarial, ellos continuarían con la misma precarización salarial a la que hace rato están sometidos por la falta de compromiso que el Estado. 

Para enmendar que calificó de extorsionadores a congresistas, incluyendo a los de su partido, Peña alivianó sus declaraciones y sostuvo que en realidad los aumentos fueron parte de un diálogo y eso es parte de la democracia. Poco antes, Silvio Ovelar, titular del Senado, y Bachi aclararon que las palabras de Peña se malinterpretaron. "No tiene sentido que el Presidente diga que los congresistas de su movimiento lo estén extorsionando", sostuvo Bachi. Sus dichos, más que ayuda, pareció un reclamo a Peña. 

Peña recibió este martes a Beto Ovelar y Raúl Latorre en el Palacio de López.

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Mientras tanto, los partidos de la oposición están preparando un proyecto para instar al presidente a que haga una denuncia penal ante la Fiscalía y que detalle quiénes fueron los parlamentarios que exigieron el reajuste a cambio de "votar bien" el presupuesto general para 2024. "Esto es grave, no es parte de un show, es grave y el presidente debe denunciar a estos legisladores o de lo contrario es un cómplice", apuntó la senadora Kattya González.

Alliana nunca acusó a su bancada de tener comportamientos extorsivos, justificó los aumentos y después dijo que en realidad las extorsiones no eran más que un diálogo

Los legisladores colorados disidentes aún no se adhirieron al pedido de denuncia penal, sin embargo, también existe enojo y algunos referentes como el diputado Mauricio Espínola aseguraron que nunca se les ofreció nada y que la supuesta extorsión mencionada por Peña no puede ser ejercida por opositores y minorías si Honor Colorado cuenta con absoluta mayoría en ambas cámaras. 

En la vorágine que ubica a Peña como alguien más debilitado que hace una semana atrás -el mandatario ni siquiera cumplió sus primeros 100 días al frente del Ejecutivo- para los de afuera y para sus compañeros de partido, emerge la figura de Pedro Alliana, quien nunca acusó a su bancada de tener comportamientos extorsivos, justificó los aumentos y después dijo que en realidad las extorsiones no eran más que un diálogo. 

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Aparentemente su paso por Diputados y la presidencia del Partido ayudó al vicepresidente a comprender mejor qué hay que ofrecerle a un dirigente colorado cuando uno administra poder, algo que a Peña todavía le cuesta, como admiten dentro de las filas de la ANR. De hecho, el presidente recibió este mediodía a Ovelar y Latorre en el Palacio de López, un encuentro fuera de su agenda oficial, para calmar las aguas en la gran familia colorada.