Sancionar la ley de jubilaciones y pensiones conllevó toda una operativa. Pedro Alliana ejerció su rol de brazo polÃtico del Ejecutivo y aprovechó su influencia con Santiago Peña y su gran entrada en el Congreso para finiquitar el tratamiento del proyecto, tomando una decisión por encima de los legisladores oficialistas y algunos miembros del gabinete.
El vicepresidente entendió el juego polÃtico que otros actores no supieron ver y apuntó directamente a la oposición. Para Alliana estaba claro que la intención de dar más tiempo al proyecto era generarle una crisis al gobierno.
En el programa "Mina en casa", el número dos del Ejecutivo explicó que luego de aprobarse la ley de superintendencia en el Senado, se habÃa acordado que se harÃan las tres modificaciones que se reclamaban. Pero luego vio una declaración del ministro del Interior, Enrique Riera, que estaba operando por su parte con los diputados para postergar la ley.
"El martes de noche yo le llamo al presidente (Peña) porque veo un tuit de un medio de comunicación donde sale una declaración de Enrique Riera que dice que habló con el presidente de la Cámara de Diputados y que no se iba a tratar esta semana el proyecto", apuntó el vice.
Alliana no estaba dispuesto a aceptar un dÃa más de retraso. Vio el riesgo del tiempo y comenzó a operar. "Le llamo al presidente, le digo que esto es ahora, por favor, habilitame, yo quiero operar y aprobar esto el miércoles. Le llamé a Raúl Latorre, hablamos con Lea (Giménez) y lo único que le pedà fue que Carlos Fernández Valdovinos vaya a ponerse a disposición de todas las bancadas, pero nadie le recibió", cuestionó.
El vice contó que estuvieron a las 7 de la mañana en el Congreso para explicar que concedieron las modificaciones de tres artÃculos como pidieron los gremios, pero solo la bancada de Honor Colorado accedió a conversar. Fuerza Republicana también pidió postergación y dio número a las bancadas no coloradas.
"Entonces me fui a la Cámara de Diputados, operamos, conseguimos los números y se aprobó. La oposición querÃa tiempo para causar más caos, para desgastar más al gobierno", lanzó. Alliana mostró su poder dando lectura y tomando decisiones. No tenÃa al oficialismo unido y tuvo el apoyo de Peña, por lo que apuró una conclusión.
El vicepresidente cuestionó que todos los sectores reconocen de la necesidad de la ley, que por su ausencia el Estado tuvo que pagar USD 2.400 millones derivados de malos manejos de las cajas. Se tiró también en contra de algunos sindicatos por querer atajar la ley para sacar provecho de un dinero que iba a empresas que no podÃan devolver lo que prestaban.
Por su parte, Peña apuntó a grupos minoritarios con intereses en las cajas de jubilaciones, quien motivaron, según sus dichos, las movilizaciones. Les acusó incluso de estas dispuestos a incendiar el paÃs. "Esto es un partido, nosotros queremos meter goles, otros no quieren que metamos, y constantemente estamos en ese tira y afloja. La pregunta es en qué momento nosotros estamos dispuestos a incendiar el paÃs y esa es la parte que a mà realmente me pone a pensar hasta dónde están dispuestos a ir algunos sectores polÃticos", dijo el presidente.
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