Ángel Barchini estaba en la cuerda floja antes del Operativo Veneratio, que desarticuló al Clan Rotela en la cárcel de Tacumbú, y ahora resurge como uno de los ministros más relevantes del gobierno. El titular de Justicia se reunirá este jueves con los legisladores de la Comisión Permanente del Congreso para repasar la letra chica de la emergencia penitenciaria, con el apoyo pleno y renovado de Santiago Peña.
El presidente promulgó la emergencia la semana pasada, lo que en la práctica supone priorizar el control en los establecimientos carcelarios. "La seguridad es un componente fundamental, una condición necesaria para que exista el desarrollo económico y social. El Estado no puede ser sometido por los que caminan fuera de la ley", planteó Peña durante el acto por el cual se entregaron a la Policía Nacional las armas incautadas en la Operación Dakovo, que desmanteló una red de tráfico internacional con epicentro en Paraguay.
De la ceremonia participó el ministro de Interior, Enrique Riera, quien coordinó de cerca los detalles y la ejecución de Veneratio y viene buscando recursos para las fuerzas policiales en el marco de un presupuesto exiguo para su cartera. Pese a que Barchini no participó del megaoperativo por los temores que rondan sobre Justicia -en el gobierno creen que el Ministerio está intervenido por y es susceptible de propiciar filtraciones-, aspira a capitalizar la agenda de seguridad del gobierno.
La Comisión no tiene facultades para sancionar ninguna ley ni para habilitar los recursos que Barchini espera obtener, pero fuentes del gobierno confirmaron a LPO que el ministro podrá solicitar fondos adicionales para reforzar la seguridad en las cárceles e incluso para ultimar un plan integral que limite las acciones de los grupos criminales dentro de los presidios. El presidente no quiere centrarse solo en Rotela, sino en otras organizaciones, como el brasileño Primer Comando Capital (PCC).
Desde el Ejecutivo aseguran que Peña tomó la decisión política de "pacificar" las cárceles y las calles, y que no existe rivalidad interna entre Peña y Barchini. El titular de Justicia acudirá al Congreso en representación del mandatario para garantizar el respaldo del Legislativo a las iniciativas del gabinete. Riera transitará el mismo camino y entrará en acción luego del receso parlamentario del verano. Los desafíos del gobierno son tanto internos como externos.
Peña asumió un compromiso con Lula da Silva para controlar a las bandas criminales de Brasil que operan también en territorio paraguayo, donde comandan sus actividades y hasta se nutren de armamento. En paralelo, la lucha contra el narcotráfico y el contrabando también es un pedido expreso de la administración Biden.
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