La destitución de Kattya González abrió una puerta peligrosa para muchos legisladores, entre ellos sus propios verdugos. El fiscal acusador de su juicio político, Dionisio Amarilla, fue denunciado recientemente por sus propios correligionarios por el caso de su asesora, Carolina Ferreira, idéntico al de Soledad Blanco, la exasesora de la dirigente encuentrista, cuyo régimen laboral fue uno de los argumentos para su expulsión.
En las filas coloradas la cosa no es muy distinta. El presidente de la Comisión Permanente, Colym Soroka, advirtió esta mañana que tras ese paso "no hay forma de atajar las pérdidas de investidura", en clara alusión a la exigua mayoría necesaria para llevarlas adelante. Soroka se refería puntualmente a Dionisio, aliado del cartismo en la cruzada contra Kattya.
El propio cartismo ahora amenaza la permanencia de sus senadores, algunos de los cuales también podrían ser pasibles de perder la investidura, si se manejan con los mismos argumentos con los que se echó a la exsenadora. Algunos temen una caza de brujas.
Kattya deja entrever que Cartes quiso reunirse con ella, pero Honor Colorado sale a desmentirla
Uno de los que está en la mira es el titular del Senado, Silvio" Beto" Ovelar, recientemente apartado del comando de Honor Colorado, y salpicado por el comisionamiento de funcionarios en condiciones idénticas a las de José Luis Torales, asesor de Kattya, que fue la excusa que marcaría la salida de la opositora.
LPO accedió a información que da cuenta de que Carolina Dehidree Guerra de Torres, funcionaria permanente de la Contraloría General de la República, fue comisionada por Ovelar al Senado el 28 de agosto de 2023. Guerra de Torres cumple funciones en la Dirección de Enlace del Legislativo con el Ejecutivo.
Según fuentes a las que consultó este medio, el comisionamiento de esta funcionaria se dio en coincidencia con otros hechos que conectan además a otros operadores políticos comisionados a la cámara alta. Es el caso de Olivia de los Ángeles Vega Vera, reconocida operadora de la senadora cartista Lizarella Valiente, quien cursaba estudios en el Instituto de Altos Estudios Estratégicos (IAEE) del Ministerio de Defensa, entonces bajo la dirección del general Neri Torres Laconich, esposo de Carolina Guerra.
Vega Vera, en su calidad de operadora política, y con el objetivo de saltarse las clases en el Instituto, habría operado para que Guerra fuera comisionada desde la Contraloría General de la República al Senado.
Las fuentes aseguraron además que, en medio de todo este proceso, el presidente del Senado habría sido invitado al Instituto -uno de los más prestigiosos del país- para dictar una clase. Junto a Guerra y Vega Vera fueron comisionados en un mismo "combo" otros dos funcionarios, los hermanos Lilian y Federico Centurión, también cursantes de la Maestría.
El nombramiento de estas personas había sido sindicado en un primer momento a Lizarella, atendiendo a la cercanía con Vega Vera, aunque la misma senadora había publicado en su momento un video en el que deslindaba su responsabilidad en el nombramiento y una nota remitida a Ovelar en la que se ratificaba en que estas personas no formaban parte de su equipo de trabajo. Algunos cartistas y aliados ven amenazada ahora su permanencia en el senado en medio de una disputa interna por el control de las mayorías y la elección de la mesa directiva.
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