
Cuando las redes sociales convirtieron la suspensión de Felipe Álvarez en una cuestión de no apañar un acto de injusticia, y ante el riesgo de volver a quedar mal ante la ciudadanía, el intendente de Asunción, Óscar "Nenecho" Rodríguez, decidió "subsanar el error" y rever su postura de retirarle el permiso como empleado externo del cementerio de la Recoleta, donde el albañil fue escrachado por hacer un asado entre las bóvedas.
Nenecho optó por darle un final feliz a la sorpresiva historia que protagonizó el domingo la chef Eugenia Aquino, a quien le molestó que los trabajadores disfrutaran de un asado en la Recoleta el domingo por la tarde, y que se encargó de viralizar en sus cuentas personales. Esto provocó una reacción, a favor y en contra, y derivó en la suspensión temporal de Álvarez en el cementerio.
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Este miércoles, la Municipalidad de Asunción, Aquino y Álvarez firmaron un acuerdo de convivencia. La resolución judicial le permite a la Dirección de Catastro de la comuna capitalina levantar las medidas contra el albañil, que ahora podrá regresar a su trabajo con las tumbas. La medida busca cambiar el humor y el tono de los comentarios en las redes, no solo contra la reconocida chef, sino también contra Nenecho.
"Le agradezco a Felipe la apertura para lograr el acuerdo con la chef Eugenia Aquino en donde sostenemos que conversando se entiende la gente. Pero como se viralizó la situación, y se dijeron muchas cosas, Felipe es un trabajador independiente que viene trabajando 40 años en el cementerio. Felipe no es funcionario municipal. Nosotros suspendimos el trabajo de él y de otros compañeros momentáneamente hasta tanto establezcamos nuevos protocolos de manejo dentro del cementerio", sostuvo Nenecho a través de un video.
Mientras duró la prohibición de ingresar al cementerio, Álvarez no se quedó atrás e instaló una parrilla frente al portón principal de la Recoleta con el fin de vender asadito y así compensar el ingreso que ya no percibía con los trabajos de albañilería. Este escenario fue aprovechado por diversas figuras que se acercaron hasta Álvarez para darle su apoyo y repudiar la decisión de la comuna. Nelson Mora, jefe de gabinete de Asunción, había llegado a calificar de "ridículo" el asado.
Mientras tanto, las críticas a Aquino subían de tono en todas las plataformas. "Es una desubicada malcriada, seguro no sabe el sacrificio de la gente humilde, le debe una disculpas al señor", "Eugenia amargada y ridícula, le falta a ella trabajar como estas personas para saber lo que es trabajar un domingo y tratar de pasar el día", escribían en las redes sociales, donde arrobaban en los comentarios a la chef.
Fui a llorarle a mi padre en su aniversario de muerte, a llevarle unas flores con mi hijo...fui a contarle algunas novedades aunque ya quizás las sepa...
Y me encontré con este espectáculo dantesco, nefasto... pic.twitter.com/KU95N8EjKH— Euge Aquino (@aquino_euge) January 12, 2025
Para intentar defenderse, Aquino negó ser la responsable de la suspensión de Álvarez. "Yo no soy la villana, la villana de una historia mal contada. Resulta que ahora soy culpable de que no se le deje entrar", apuntó. Finalmente los protagonistas de la historia debieron ceder al orgullo propio y sacaron un comunicado "tripartito" firmado también por Sara Giménez, directora de Catastro de la ciudad.
Tanto para Aquino como para Nenecho era un paso necesario para liberar la presión por la falta de empatía del gobierno municipal hacia una persona humilde y trabajadora. Como admitió la propia chef, "se pudo tener mejor gestión emocional".
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