El derrotero de Alberto Fernández y el de Lionel Scaloni siguen una uniformidad: primero se parecen y luego se bifurcan. Uno va hacia el éxito. El otro, al fracaso. |
En noviembre de 2018, Scaloni fue nombrado formalmente como técnico de la Selección Argentina. Sin experiencia previa en dirigir en primera división, habÃa despertado esperanza en los aficionados ya que en su interinato sólo habÃa perdido un partido (contra Brasil) de seis.
Fernández fue electo presidente en octubre de 2019 y, al igual que Scaloni, no poseÃa experiencia previa en la conducción ya que nunca habÃa ejercido algún cargo ejecutivo electivo, pero generaba ilusión en gran parte de la sociedad al mostrarse como el conciliador que venÃa a cerrar la grieta.
El comienzo fue relativamente bueno para ambos. Scaloni dirigió a la selección en la Copa América 2019 y obtuvo el tercer puesto luego de perder semifinales contra Brasil en un duelo en el que el árbitro favoreció claramente a la verdeamarela. Fernández, por su parte, se ganó la confianza de la sociedad por su inicial manejo de la pandemia y asà aumentó su nivel de imagen positiva hasta cifras inéditas.
A partir de la segunda mitad de 2020 los caminos se empiezan a bifurcar. El Presidente ordenó intervenir la empresa privada VicentÃn e intentó reformar la Justicia, entrometiéndose asà en dos esferas que no le corresponden. La jugada más errónea, no obstante, ocurrió en septiembre: Fernández le quitó unilateralmente fondos de la coparticipación a CABA para financiar los sueldos de los policÃas bonaerenses que habÃan protestado contra el gobernador kirchnerista Axel Kicillof, desechando asà el entendimiento que hasta entonces mantenÃa con el jefe de gobierno porteño Horacio RodrÃguez Larreta. La selección de Scaloni, mientras tanto, estuvo sin actividad hasta octubre a causa de las restricciones sanitarias. En dicho mes, el conjunto retornó a las canchas y ganó los primeros dos partidos de las eliminatorias para el mundial de Qatar, siendo muy importante la victoria ante Bolivia luego de 15 años sin ganar en La Paz.
En 2021 el derrotero de los conductores se diferenció aún más. Mientras el técnico se consagró campeón de la Copa América disputada en Brasil, el Presidente tuvo que hacer malabares para justificar un hecho bochornoso que salió a la luz por entonces: el festejo del cumpleaños de la primera dama en la quinta de Olivos un año atrás, cuando las reuniones estaban prohibidas por el decreto que el propio mandatario habÃa firmado.
Al siguiente año, precisamente el 1° de junio, Scaloni rubricó su éxito consiguiendo con la albiceleste la copa de la Finalissima y alcanzando el récord de 32 partidos invicto como técnico. Un mes después, el entonces ministro de economÃa, MartÃn Guzmán, renunció a su cargo mediante un tweet y desató la crisis económica (suba del dólar y la inflación) y polÃtica (al dejar en evidencia sus diferencias con el kirchnerismo duro) más profunda que ha tenido el Gobierno de Fernández.
Finalizando el presente año, el rumbo de los protagonistas parece seguir el mismo curso antitético: Scaloni y su selección tocaron la cima del éxito siendo campeones del mundo mientras que Fernández trabaja en su fracaso al desconocer primero el fallo de la Corte que lo obliga a girar los fondos de la coparticipación correspondientes a CABA y después reconociéndolo a medias al proponer pagarle a la capital con bonos.
Scaloni alcanzó la gloria a base de humildad, esfuerzo, perseverancia y trabajo en equipo. Por el bien de su gobierno y de todos los argentinos, esperemos que en 2023 Fernández incorpore los valores del técnico de la selección.
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