Editorial
Razonables dudas sobre una designación de muy alto nivel en el gobierno
Por Osvaldo Nemirovsci
Daza será viceministro de Economía, de un pais que no es el suyo y en un cargo que nos permite suponer, que un extranjero gobernará variables económicas y financieras muy vinculadas al bienestar de los argentinos.

No hago del nacionalismo vacío, un valor.

Tomado en sí mismo, el concepto no reviste importancia concreta en los destinos de un pais y solo adorna valoraciones falsas de superioridad natural de un pais sobre otro y construye cierta cultura histórica de pasados, vistos como más glorioso que reales. Pero sí entiendo el nacionalismo que se sostiene en certeras defensas, concretas y visibles, de los habitantes de una Nación.

Defender sus DDHH, sus justos ingresos, su calidad de vida. Todos eso enmarcado en los límites geográficos que el pais tiene. Ese es un nacionalismo entendible. En Argentina, y no descubro nada nuevo, siempre existió una clara diferenciación entre el nacionalismo popular y el nacionalismo oligárquico.

Esta nota no es para hablar de eso. Solo para poner cierta aclaración en que desde ese nacionalismo que sostengo opino sobre la decisión del ministro de Economía Luis Caputo, de nombrar como Secretario de Política Económica a un chileno. A un extranjero. A Jose Luis Daza, a quien el ministro presenta, con estilo "chavista" (permítanme el chascarrillo) como "uno de los más respetados economistas de Latinoamérica" (¡desconocíamos esta vocación de Caputo por la identidad latinoamericana!).

Daza será viceministro de Economía, de un pais que no es el suyo y en un cargo que nos permite suponer, que un extranjero gobernará variables económicas y financieras muy vinculadas al bienestar de los argentinos. Es decir, ponemos en manos de un extranjero (y no se tome esta reiteración del término como una valoración xenófoba, cuestión ésta totalmente alejada de mi formación cultural) datos, valores, estadísticas y mucho más que hacen a la marcha económica de la Argentina.

Solo digo que me parece inoportuno y malo, como decisión.

De por sí, su formación profesional lo liga a Caputo pues juntos estuvieron en JP Morgan y en el Deutsche Bank. Y su formación académica pasó muy lejos de cualquier casa de estudios argentina ya que graduó como economista en la Universidad de Chile y se doctoró en Georgetown/USA.

Es importante destacar que fue funcionario del gobierno chileno, ya que ocupó la representación del Banco Central de Chile en Tokio, e incluso participó en rumbos políticos ya que trabajó por la candidatura del ultraderechista Jose Kast, en las elecciones del 2021, y en donde se le prometió el Ministerio de Economía.

O sea que tenemos a un político chileno, alineado con el sector más reaccionario de la política trasandina, como uno de los funcionarios más importantes en el esquema institucional de nuestro pais.

Es válido preguntarse qué objetivo, no puesto en valor público, hace que se juegue una movida de tamaña magnitud. ¿Por qué Caputo y Milei, asumen el costo de colocar un extranjero como segundo en Economía?

Es una decisión no usual en Argentina, aunque hubo existido algún ministro o secretario que no fuera connacional. Está el caso de Jose Miguel Figuerola, quien era catalán y en 1947 en su primer gobierno, el general Perón lo nombró Secretario de Asuntos Técnicos, pero un dato central distingue un caso del otro. Figuerola al asumir, hacia 18 años que residía en el pais.

Otro caso es el de Jose Ber Gelbard, quien era polaco de nacimiento, y fue Ministro de Economía en el tercer gobierno del general Perón. Pero Gelbard desde los 13 años vivía en nuestro pais.

Entonces, queda claro que no hacemos una cuestión central basada en nacionalismos de distinción moral ni de estimaciones que suponen calidades en virtud únicamente del lugar donde se nace. Es más, hasta políticamente, los dos ejemplos mencionados transitan caminos contrapuestos. Figuerola era falangista y corporativista y Gelbard era comunista. No pasa por ahí.

El cuestionamiento a las aptitudes de Jose Luis Daza pasan, desde ya por ser extranjero, pero fundamentalmente por no vivir, salvo su nacimiento ya que su padre era diplomático de Chile en Argentina, y durante solo tres años, en nuestro pais. Vale decir que no tiene ningún tipo de arraigo (como Figuerola y Gelbard) con nuestro territorio.

Vive en Nueva York, es chileno y será viceministro argentino.

¿Se ocuparán nuestros senadores y diputados de poner mejor luz en este tema?

Publicar un comentario
Para enviar su comentario debe confirmar que ha leido y aceptado el reglamento de terminos y condiciones de LPO
Comentarios
Los comentarios publicados son de exclusiva responsabilidad de sus autores y las consecuencias derivadas de ellas pueden ser pasibles de las sanciones legales que correspondan. Aquel usuario que incluya en sus mensajes algun comentario violatorio del reglamento de terminos y condiciones será eliminado e inhabilitado para volver a comentar.
Más de Osvaldo Nemirovsci

Ser opositor, hoy, es una obligación humanista y ética

Por Osvaldo Mario Nemirovsci
El actual gobierno nacional se sostiene, en gran parte, por la incapacidad opositora. Por la pereza creativa de la dirigencia política y gremial.

Sobre las Centrales Hidroeléctricas, el libertarismo y la soberanía de las provincias

Por Osvaldo Mario Nemirovsci
La venta de las centrales es una barbaridad, pésimo como negocio y horrible para esas regiones y sus habitantes.

Ponerse enfrente del resplandor de las chafalonías

Por Osvaldo Mario Nemirovsci
Es vital salir de esa posibilidad de creer que nuestras palabras hoy, son las rectoras en la mayoría del pueblo argentino.

El grito es por la justicia, por lo humano, por el respeto

Por Osvaldo Mario Nemirovsci
Tal vez sea la hora de un humanismo con una identidad histórica, como el peronismo.

Quien quiera oír que oiga, quien quiera ver que vea

Por Osvaldo Mario Nemirovsci
Sturzenegger se convierte para Milei, en el regalo pedido y recibido para el día de Reyes. Y que, como claramente lo expresa, se vuelve un lujo, pero solo para quien lo recibe.

Leer a Borges, escuchar a Lali, ver a Favio. ¿Por qué no?

Por Osvaldo Mario Nemirovsci
Mientras comamos todos los días, la vida sigue, algo así pasaba en la trama de Fahrenheit 451, Vivían sin libros, sin poesía y sin autores.