Cambiemos
La estructura política de Macri
Por Ricardo Rouvier
La estructura que le permitió a Macri ganar el ballotage ¿es la indicada para seguir y enfrentar los desafíos que vienen?

Es la pregunta que recorre el horizonte político: ¿esta estructura que le permitió a Macri ganar el ballotage y que lo acompaña en el gobierno es la indicada para seguir y enfrentar los desafíos que vienen? Esta pregunta hecha en el comienzo de cruce del río tiene sus inconvenientes, porque uno no sabe el nivel de profundidad del cauce a medida que se acerca a las orillas del 2017 y 2019. Es indudable que este interrogante adquiere mayor urgencia ante una coyuntura desfavorable en la gestión.

Sabíamos, antes de conocer el resultado del ballotage, que las gestiones de ambos candidatos se caracterizarían por la escasez. La herencia, objetivamente hablando, tenía a la insuficiencia como una de sus características saliente; escasez de crecimiento, escasez de divisas, falta de estabilidad monetaria; escasez de crédito.

A eso se le agregaba la insuficiencia de Cambiemos en cuanto a la cobertura de dominio territorial (provincia de Buenos Aires, Mendoza y algunas intendencias) y el acotado número de legisladores en el Parlamento Nacional, provincial y local. Por más que haga alianzas y acuerdos con las provincias, el PRO domina sólo dos territorios, CABA con amplitud; y provincia de Buenos Aires. Si le sumamos los ganados por Cambiemos y las alianzas relacionadas tenemos: Mendoza, Corrientes, Jujuy, Santa Fe (esta última la sociedad más débil). En estos distritos la presencia de la UCR es central para lograr el éxito electoral. El resto del territorio nacional, en su mayoría, es peronista.

Alguno podría teorizar sobre los problemas de la UCR en su vigencia política, y decir que su contrariedad es que gran parte de los objetivos fundacionales planteados desde la Revolución del Parque, ya fueron cumplidos en la evolución de la democracia en el mundo y el país. En su desarrollo el radicalismo no renovó su visión. A diferencia del peronismo, la UCR no tiene la capacidad resiliente atenta a los cambios en las tendencias dominantes internacionales, sin perder su horizonte nacional y popular. El justicialismo puede pasar del menemismo al kirchnerismo sin que sufra una fragmentación que lo ponga al borde de la disolución. El peronismo es un sistema político de poder, en cambio la UCR es un sistema más electoral que genera una interna que no cesa y cuya dificultad es, justamente, ejercer el poder.

Si no se hubiera ganado las elecciones la UCR luego de Gualeguaychú, hubiera sufrido una crisis casi terminal. Hoy está como socio menor de una fuerza política nueva que ha cooptado a muchos radicales en el interior del país. Hay un cierto retorno de la capacidad política de Franja Morada en las universidades, pero, si los comparamos vemos a la UCR como pretérita respecto del PRO. Esta fuerza política que asoma, aspira a fundar una renovada cultura política, apelando al sentido común y no a ideologías estructuradas, según las novedades aportadas por algunas universidades norteamericanas. No creemos, por el contrario que el radicalismo sea, hoy, un destino atractivo para los jóvenes a los que le interesa la política.

Sin embargo, dirigentes de la UCR quieren más protagonismo dentro de Cambiemos, y se quejan de que Macri o Vidal no los tratan como merecen. La pregunta desde el PRO es si los radicales están en línea con los principios de esta nueva concepción de la política, que implica la modernización de la relación entre Estado y Sociedad, y una clara referencia crítica a la política tradicional. En el 2017 la UCR renueva 21 de 36 diputados (el 58%) y 3 de 8 senadores, y marcha a la cancha aunque sea por un empate. Mientas el PRO renueva el 33,3% en la cámara baja y ningún senador (seguirá con los seis que tiene). Es decir, que lo que está en juego, hacia adentro, es la distribución de fuerzas entre los dos Partidos Políticos.

El poder del gobierno comprende, aparte de su principal aliado y su capacidad de fuego minoritario en diputados y más aún en senadores, a un gabinete basado en la idea de equipo y de la sinceridad en la gestión. Hasta ahora, el equipo muestra disparidad y cierta ineficacia, dificultades elementales en la comunicación de gestión y un protagonismo que desemboca focalmente en el Presidente. La Gobernadora Vidal, tiene juego propio pero es disciplinada y puede ser una figura de reserva para lo nacional si hiciera falta, y cuenta con el apoyo distante del Papa Francisco. Ella hace tiempo entendió lo de abrirle una puerta al peronismo, pero de a uno, individual como es la concepción central del PRO, nada de multitudes o grupos en la puerta. En resumen, el poder de Cambiemos es limitado y concentrado, pero la concentración hoy no es sinónimo de volumen de fuego. En el día a día comunicacional soporta goles en contra; y el equipo de trolls que operan en las redes a favor del oficialismo ha perdido sorpresa, y ha ganado sospechas de operaciones éticamente cuestionables. Esto es malo, considerando los antecedentes del Fino Palacios y las operaciones de Durán Barba contra Daniel Filmus.

Durante el kirchnerismo, parte de la juventud asumió un compromiso político y llegaron a construirse superestructuras con alguna relevancia. En la otra punta del arco, el macrismo intentó e intenta conquistar jóvenes, sabiendo que su futuro está en la renovación y en generar interés en los que se ubican entre los 20 a 40 años. Pero está claro que se acercan abjurando de la política tradicional, esa que ejerce la UCR.

Entonces, el balance indica que la marcha de Cambiemos es la marcha de sus alianzas más externas que internas; porque es más sensible su vínculo con la opinión pública que su andamiaje político es limitado. No puede prescindir de la negociación y hasta del voto de parte del Senado y de Diputados peronistas.

Un gran papel juegan los gobernadores; si bien allí es más factible establecer acuerdos sobre la base de la dependencia financiera de los estados provinciales respecto del poder central. Pero la preocupación sobre el déficit fiscal que crece, y una inflación que resiste la tendencia a la baja, condiciona también el vínculo con los ejecutivos provinciales. No obstante, no hay duda que a la hora del balance a la fecha sobre la producción política es este sector manejado por Frigerio que se lleva las palmas.

Si bien no es unánime, nace una idea de ampliación de la alianza, que surge de las debilidades del dominio político, más la demora por la recuperación económica y los rechazos populares al tarifazo. El Presidente se ha opuesto hasta ahora a todo lo que signifique una coalición, porque no está dispuesto a abandonar la centralidad del presidencialismo. Una vez más, en la historia surge la tentación de contar con una pata peronista en el país peronista. En principio esta posibilidad posee la resistencia de los sectores más gorilas de la alianza. Carrió en primer lugar, y luego un sector de la UCR , que se vería más desplazado.

Si Cambiemos no obtiene un resultado favorable en el 2017, bajará la expectativa sobre la continuidad presidencial de la alianza electoral. Un resultado favorable no significa ganar en todos los distritos, sino en los más grandes. El más seguro es CABA, luego hay que ver cada distrito. Por supuesto que en aquellos en que gobierna la UCR, es más factible un triunfo de la alianza. Aún no hay candidato oficialista para el primer senador de la Prov. de Bs.As. Jorge Macri aún no mide y Carrió tiene defensores pero también detractores dentro de sus propias filas. Las encuestas hoy consagran al panperonismo: Massa, Randazzo y Scioli, son los principales. Habrá que ver qué pasa en Córdoba con el peronismo delasotista y su buena relación con Macri. La UCR en Sta Fe tiene el problema de su doble alineación (Socialismo santafesino y con el PRO), y su escasa relación con el gobierno nacional. La situación en Mendoza evoluciona favorablemente para el oficialismo local, y allí podría ratificarse la orientación electoral hacia el binomio UCR-PRO.

Los grandes medios constituyen y construyen parte de la confianza pública que tiene la gestión, pero no ahorran críticas sobre todo de parte de algunos columnistas más alineados con el círculo rojo, preocupado por la no aplicación ortodoxa de las recetas económicas. Está claro que castigan cualquier intento populista aunque sea de centro-derecha.

Los últimos días mostraron a un gobierno nacional que no sólo tropieza, sino que además repite sus caídas. Se intenta compensar esto mostrando los hechos de corrupción del Gobierno anterior, aunque no se sabe si la espectacularidad cinematográfica de los acontecimientos será igualado con el veredicto judicial, o por el contrario, las resoluciones serán menores a lo que se amenaza desde la pantalla.

En síntesis, pensamos que la estructura política del gobierno presenta insuficiencias en lugares y momentos en que se necesita mucha convicción y mucha decisión. La contradicción principal está entre su deseo ideológico de bajar el déficit fiscal y convertirlo en superávit, y las consecuencias de este deseo en la sociedad. En buena medida la porción mayoritaria de crédito con que cuenta el Pte. Macri de parte de los ciudadanos se funda en: el escaso tiempo transcurrido de la asunción, la confianza que hay sobre la figura presidencial, y la fragmentación de la oposición.

Ahora, en medio del tarifazo que también se ha judicializado, se le hace más difícil al oficialismo conseguir alianzas políticas formales a futuro. Se impone el trabajo hormiga: Intendente por Intendente, Gobernador por Gobernador.

Mientras cruza el río y va y vuelve y hace rodeos para avanzar; al gobierno lo tranquiliza que ahora no hay un peronismo unido decidido a jaquearlo. El kichnerismo, que es el más opositor, va disminuyendo su capacidad de movilización. No apareció un Saúl Ubaldini, y el espíritu conciliador domina a la dirigencia peronista; Pero, no sabemos hasta cuándo. 

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  • 1
    jorgeperez26
    21/07/16
    14:33
    SI LO DICE ROUVIER ...
    24 / 07 / 2015
    La última encuesta electoral de la consultora Ricardo Rouvier & Asociados
    Según el estudio de Rouvier hecho sobre la base de 1200 entrevistas distribuidas en todo el país, Daniel Scioli va al frente con casi 39 puntos, con ventaja amplia sobre Mauricio Macri que alcanza 25,2%. Massa recibe 9,7% de las adhesiones y Stolbizar llega a 4,9%.
    Responder
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