 | Las consultoras explicaron que se equivocaron en la proyección de los indecisos, que se volcaron por Lousteau. |
Las redes sociales explotaron esta tarde cuando se difundieron los primeros resultados del ballotage porteño: con el 25% de los votos escrutados Larreta se imponía sobre Lousteau por apenas dos puntos.
Los destinatarios de la furia y las ironías fueron, por supuesto, las encuestadoras, que, como mostró el Observatorio de Encuestas de LPO, pronosticaron en masa una victoria del PRO por un margen de 10 puntos.
¿Qué sucedió entonces? En conversación con los consultores a cargo de la encuestas, LPO buscó la explicación a un fenómeno que impactó a todos por igual.
“Las encuestas en general estuvieron bien. Lo que estuvieron mal fueron los mecanismos de proyección”, aseguró a LPO Enrique Zuleta Puceiro, de OPSM, el más optimista de los consultores. “En la última semana, todas las mediciones daban un 8% de votos en blanco y un 11 o 12% de gente que no votaría, impugnaría o de indecisos. Pero todas las encuestas tomaron un criterio conservador para proyectar a los indecisos, cuando había sobrados indicios de que se volcarían en su mayoría por Lousteau”, explicó.
Se trata de un argumento que encuentra respaldo en los números: si se vuelven a incluir los votos en blanco, Larreta obtuvo el 49% frente al 46% de Lousteau. Al tomar las mediciones de las encuestadoras de la última semana -sin hacer las proyecciones de los indecisos-, se puede ver que todos acertaron en mayor o menor medida el resultado del candidato del PRO.
No tuvieron, en cambio, la misma puntería con Lousteau, a quien le dieron valores que promediaron en el 38%, frente al 46% de hoy.
Según Zuleta Puceiro, gran parte de esa diferencia se explica por un vuelco masivo de los indecisos hacia el candidato de ECO, un efecto que se magnificó por la decisión de Macri de nacionalizar el ballotage como una palanca de lanzamiento de su campaña presidencial.
“Los datos pueden estar bien, pero las inferencias y el análisis que se realizan a partir de ellos estar mal. Nostros, por lo menos, erramos ahí”, reconoció Zuleta Puceiro ante LPO.
Raúl Aragón, de Aragón y Asociados, también explicó el efecto que tuvieron los indecisos: “En la última semana nos dimos cuenta que podría llegar a haber una deformación de la muestra por el alto porcentaje de rechazo a las consultas que recibíamos de los encuestados”.
El consultor explicó que ante una interrupción de la encuesta (como un corte del teléfono), se utiliza un método de reposición en el que se elige aleatoriamente a un próximo caso, sin contar al anterior como un indeciso, cuando en realidad hay mayor probabilidad de que lo sea. Es decir, para registrarlo como indeciso o votante en blanco, tiene que confirmarlo mediante su respuesta en la encuesta.
De esa forma, es probable que las muestras hayan queda deformadas con tendencias hacia votantes de Larreta o hacia los votantes convencidos de Lousteau, dejando afuera a una gran cantidad de votos que terminaron yendo a ECO más que nada por rechazo al PRO. Se trata de un efecto que, según Aragón, ningún consultor pudo detectar a tiempo.
Aragón también explica que Larreta puede haber salido perjudicado por las vacaciones de invierno, que llevaron a la salida de la Ciudad de un porcentaje del electorado de alto poder adquisitivo, que en general se identifica con Rodríguez Larreta y el PRO.
La propia naturaleza de un ballotage también puede haber afectado las mediciones: Pablo Romá, de la consultora Circuitos, explicó a LPO que las variaciones de opinión en las segundas vueltas tienen un efecto amplificador que no existe cuando hay más de dos candidatos.
“Si de 10 votantes, 6 votan por el oficialismo y 4 por la oposición, pero ante un evento inesperado dos se dan vuelta, el panorama puede cambiar totalmente”, aseguró Roma.
