Ciudad
La centroizquierda, cada vez con menos espacio en la Ciudad
Por Pablo Romá
El kirchnerismo siempre la tuvo difícil en la Capital y en esta elección las complicaciones son mayores. La consolidación del PRO y la aparición del FIT dejó sólo un 31% de los electores identificados con la centroizquierda.

Las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires, y esto no es una novedad, presentan un escenario complicado para el kirchnerismo. La capital ha sido históricamente un terreno complejo para los Kirchner, pero esa tendencia histórica se encuentra además acompañada por cuestiones de coyuntura electoral y por la performance de sus adversarios. 

La Ciudad de Buenos Aires se caracterizó por ser el laboratorio de fuerzas políticas emergentes que se asentaron después de la crisis de diciembre de 2001, cuya manifestación más clara fue la crisis de representación del sistema de partidos. 

Sin embargo, desde 2003 el kirchnerismo a nivel nacional y macrismo en la Ciudad, se apoyaron en la salida de la crisis y en la reconfiguración de las identidades políticas. Sin dejar de mencionar que con distintos tiempos y dinámicas, diversas fuerzas políticas del espacio de centroizquierda y de izquierda, también fueron parte de esa emergencia. 

En la Ciudad de Buenos Aires, Macri logró influenciar al electorado capitalino, algo que le permitió consolidar en 2007 su llegada a la Jefatura de Gobierno, y actualmente ser uno de los precandidatos favoritos del electorado en la elección presidencial. 

En la coyuntura electoral que se aproxima, ronda una pregunta: ¿qué pasará con la centroizquierda?, ¿el kirchnerismo puede hegemonizar un espacio que tiene un peso histórico en la Ciudad?

Se puede observar que el espacio de centroizquierda, está en un proceso de fragmentación y permanente reconstrucción. Hoy agrupa a un 31% de los electores y se encuentra tironeado por la gravitación del espacio de la centroderecha en el que se apoya el PRO y al mismo tiempo, por el crecimiento del espacio de izquierda. 

Actualmente, en la centroizquierda se encuentran distintas fuerzas tanto del kirchnerismo, como sectores que formaban parte del agrupamiento FAUNEN como los recientemente formados ECO y SurGen, pero también otras fuerzas como por ejemplo el Movimiento para el Bien Común de Gustavo Vera, la alianza ALBA entre Seamos Libres de Pablo Ferreyra y el PC, entre otros. Como antecedente inmediato, en la elección a Jefe de Gobierno de 2011, el espacio de centroizquierda sumó alrededor del 41% de los votos, cuando el kirchnerismo con Daniel Filmus logró atraer un 28% del electorado y Pino Solanas casi el 13%, logrando el segundo y el tercer lugar. 

Hoy, la centroizquierda podría alcanzar alrededor del 30% y el kirchnerismo podría aspirar a obtener un 20% de votos en las PASO, mientras que en el reacomodamiento de las fuerzas FAUNEN, Martín Lousteau aparece con una intención de votos de alrededor del 9%. El problema reside entonces, en cómo el kirchnerismo puede evitar su retroceso electoral y volverse atractivo para una porción del electorado de centroizquierda. 

Desde la crisis del sistema de partidos, el electorado no solo se ha hecho más “volátil”, sino que las propias identidades políticas se han ido reconfigurando. Sobre aquellos votantes que tienen más de 45 años de edad pesan las identidades tradicionales como el Radicalismo, el Socialismo y el Peronismo. Por ejemplo, la composición mayor de 45 años en los identificados con el radicalismo es del 75%, con el Socialismoel 64% y con el Peronismo el 62%.

Sin embargo, Mientras que aquellos que se denominaron Independientes son un pivote entre éstos y las nuevas identidades políticas emergentes donde claramente se encuentran los menores de 45 años. El 65% de los identificados como kirchneristas, el 60% de los identificados como Demócratas, el 60%de los identificados de Izquierda y el 58% que se identifica como Apolítico, son menores de 45 años. Además del retroceso electoral delkirchnerismo respecto de 2011 y de la crisis de FAUNEN, se observa un debilitamiento del espacio de centroizquierda en la Ciudad que se manifiesta en el propio terreno identitario. 

En primer lugar, podemos observar un crecimiento y consolidación del espacio de centroderecha, en el que se ubica el 56% del electorado. Y en este terreno, el PRO logra arrastrar tanto las identidades tradicionales (peronistas y radicales), como las emergentes (demócratas, independientes y apolíticos). 

No deberíamos perder de vista que este fenómeno, también ha caracterizado al kirchnerismo, es decir, la confluencia entre identidades tradicionales y emergentes, aunque con distintas características y magnitudes. Pero la diferencia más significativa es que los precandidatos del kirchnerismo como Juan Cabandié, Gabriela Cerruti, Aníbal Ibarra entre otros, no logran posicionarse como una referencia hegemónica dentro del espacio. 

En este marco, el kirchnerismo también se ve debilitado por un segundo fenómeno, el crecimiento del espacio de la Izquierda.Este espacio cuenta con el antecedente de Luis Zamora en 2003, que logró el 12,2% de los votos. 

Hoy, en el espacio de izquierda se referencia en términos identitarios un 13% del electorado y tiene como fuerza más importante al Frente de Izquierda con una intención de votos de casi 6% en las PASO, disputando con el espacio de centroizquierda una porción entre los trabajadores más jóvenes. Dentro del espacio de centroizquierda no aparece una fuerza política capaz de generar una figura aglutinadora de los potenciales votantes del espacio y por lo tanto el escenario aún sigue abierto.

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