El fracaso del gobierno nacional para contener la caída de las reservas en el Banco Central amenaza con golpear a un actor que había permanecido al margen de la problemática: las provincias.

Los gobernadores ven con temor la posibilidad de que la sangría de dólares los complique a la hora de pagar los vencimientos de deuda externa que acumulan de acá al 2015. Es simple: aunque las provincias y la Ciudad de Buenos Aires tengan los fondos en pesos para hacer frente a los pagos de deuda, si el Banco Central no puede venderle los dólares necesarios para hacer el pago al exterior, caerían en default.

La deuda combinada de las provincias para 2014 y 2015 supera los 2100 millones de dólares. Hoy, si se descuentan las Letras del Tesoro (la deuda que el gobierno nacional tiene con el Banco Central) las reservas de dólar billete no superan los 17 mil millones de dólares, sobre los 34 mil millones del activo total. Se espera que para principios de 2014, las reservas hayan caído otros 2 mil millones más.

Además del cepo cambiario establecido por el gobierno nacional, el Central ya comenzó a desplegar otras estrategias para contener la fuga. Esta semana, LPO reveló que el BCRA comenzó a retrasar el giro de dólares para bancos que deben pagar los consumos con tarjeta en el exterior de sus clientes.

Pero desde el comienzo del cepo ya se perdieron 13 mil millones de dólares y no hay señales de alivio para una sangría que se lleva un promedio de mil millones desde comienzos de 2013. Por eso, en las provincias y la Ciudad de Buenos Aires la preocupación comienza a ser más palpable a medida que crece la incertidumbre sobre la cantidad de reservas que quedarán para 2014 y 2015.

 Daniel Scioli es el gobernador más complicado: si bien no tiene vencimientos de deuda externa para el año que viene, en 2015 las arcas bonaerenses deberán desprenderse de un total de 1250 millones de dólares. Se trata de emisiones en el exterior, cuyo agente de pagos es el Bank of New York Mellon, bajo legislación de esa ciudad.

Del total, 200 millones vencen en febrero y el restante (1050 millones) en octubre, pocos días antes de las elecciones presidenciales. La caída en default de la provincia que gestiona sería un durísimo golpe para el sueño presidencial de Scioli.

A pesar de que también deberá honrar deudas, Mauricio Macri afronta un panorama más tranquilo. Además de tener un presupuesto más holgado, la deuda de la Ciudad de Buenos Aires se distribuye en 220 millones de dólares a pagar el año entrante y casi 500 millones para 2015. Por su parte, la provincia de Neuquén deberá cancelar deuda por 125 millones de dólares que obtuvo bajo ley de Nueva York. Este bono, llamado NRH1, está garantizado por las regalías hidrocarburíferas de la provincia, por lo que no habría problema para reunir los fondos. Pero eso no asegura que el Central ponga a su disposición los dólares para hacer la transferencia.

Por último, otra provincia de un posible candidato presidencial, el Chaco de Jorge Capitanich, enfrentará un pequeño vencimiento de 40 millones para fines de 2015.

El panorama se vuelve aún más negro para los gobernadores si se tiene en cuenta los pagos que tiene el gobierno nacional por delante.

El año que viene, el Banco Central deberá desprenderse de 3500 millones de dólares por el muy discutido Cupón PBI: desde la oposición se criticó duramente al gobierno por considerar que el pago se activó por una sobreestimación del crecimiento. Es decir, por “cocinar” las cifras del INDEC, el Estado deberá pagar millones de dólares a bonistas, cuando no corresponde.

El último gran vencimiento de este gobierno no sólo coincidirá con el pago de 1050 millones que deberá afrontar Scioli, sino con la campaña electoral para elegir al próximo presidente. El Boden 2015, por casi 6 mil millones de dólares, será un gran golpe para las reservas del país y las provincias deberán estudiar atentamente cómo hará el gobierno nacional para hacerle frente y, al mismo tiempo, transferir dólares a sus distritos para financiar las deudas provinciales.